Aunque el documento madrileño con las instrucciones está plagado de recomendaciones para que se tenga en cuenta la situación particular de cada alumno —los posibles efectos del confinamiento en el rendimiento académico—, sobre el terreno la realidad es distinta. Aquellos equipos docentes que decidan ser estrictos y rígidos pese a las consecuencias que la covid-19 está generando en los hogares, podrán ceñirse a la Lomce y no permitir que los alumnos de segundo de Bachillerato con alguna asignatura suspensa se presenten a selectividad, una excepción que sí sucederá en las autonomías que suscriban la orden ministerial, cuya publicación se prevé para los próximos días.
“Nosotros no vamos a hacer uso de esa flexibilidad en segundo de Bachillerato, y sí, un alumno con una asignatura suspensa no se va a poder presentar a selectividad, aunque el mensaje que le queremos trasladar a los docentes es que ellos son soberanos para evaluar y que deben tener en cuenta la situación personal de cada estudiante”, ha asegurado Ossorio.
En el texto con las instrucciones, que no dejan de ser recomendaciones para los docentes, se leen frases como “la no promoción de curso se considerará una medida de carácter excepcional” o “el objetivo en todo momento ha de ser garantizar la adecuada evaluación para que el rendimiento escolar de los alumnos se vea afectado mínimamente por esta inesperada situación y permita una transición adecuada entre el presente curso académico y el siguiente”. Sin embargo, desde que el consejero Enrique Ossorio afirmara públicamente que se descolgaba del acuerdo y que en su comunidad se mantendrían los criterios de exigencia, en algunos institutos públicos madrileños se empezaron a tomar medidas.
En uno de ellos, ubicado en la zona centro, los alumnos de segundo de Bachillerato recibieron un mensaje en el que un profesor les informaba de que todos aquellos que contasen con las asignaturas suspensas en los dos primeros trimestres no pasarían de curso, lo que implica no titular y, por lo tanto, no poder presentarse a selectividad. Una decisión adoptada por la jefatura del departamento. Los docentes consideraban injusto facilitar la promoción en detrimento de los que sí habían aprobado los dos primeros trimestres e, incluso, les lanzaban que era una buena forma de aprender y no dejar nada para mañana.
La semana pasada Madrid, Castilla y León y Andalucía (gobernadas por PP y Ciudadanos) anunciaron que no suscribirían el acuerdo porque era obligación del Gobierno fijar un número máximo de materias suspensas para pasar de curso u obtener la titulación (en el caso de cuarto de ESO y segundo de Bachillerato). El texto redactado por el ministerio contempla que, como norma, todos los alumnos promocionarán y obtendrán los títulos con independencia de cuántas asignaturas arrastren, y reserva la repetición para casos muy excepcionales que deberán ser decididos por los equipos docentes. La respuesta de Celaá y de otras comunidades fue que era mejor dejar la decisión en manos docentes.
Al ceñirse a la Lomce, en Madrid los alumnos de primero de Bachillerato solo podrán pasar a segundo con un máximo de dos suspensos. Los de segundo de Bachillerato solo podrán obtener el título y presentarse a la selectividad si han aprobado todo el curso. Los de ESO solo podrán pasar de curso con un máximo de dos asignaturas suspensas (excepcionalmente tres, si no se incluyen Lengua y Matemáticas). En primaria, la decisión está en manos de los tutores.
Sobre la evaluación, Madrid aclara en su resolución que se centrará en los contenidos abordados durante los dos primeros trimestres. Y añade: “La evaluación de las actividades realizadas durante el periodo no presencial se realizará teniendo en cuenta las dificultades del alumno, y en todo caso, no podrá suponer por sí misma la no superación de una asignatura”. Esto último quiere decir que, al contrario de lo acordado por las comunidades y el ministerio, en Madrid el tercer trimestre no podrá servir para recuperar los dos anteriores, en caso de estar suspensos.
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