La última imagen que se recuerda de Rubén Palero (Madrid, 6 de marzo de 1987) como jugador del Cacereño es la de sus lágrimas empapando su camiseta roja sobre el césped de Linarejos el pasado 29 de mayo. El equipo al que había defendido durante ocho temporadas, las siete últimas en Segunda B, acababa de bajar a Tercera División y en aquel momento no existía lugar para el consuelo, tal y como recuerda ahora el carrilero derecho: «El último momento fue muy difícil y complicado. Era el partido que nos mandaba a Tercera y fue duro asumirlo. Esperemos que esta temporada el equipo pueda regresar a la categoría que realmente merece», desea en la actualidad desde la distancia.
No fue precisamente la despedida soñada para el denominado por muchos 'eterno capitán', que este verano fichó por el San Fernando de Henares madrileño, club con el que debutó en Tercera División, para estar cerca de los suyos. Pero en poco más de 48 horas podrá quitarse el mal sabor de boca gracias al partido homenaje que el Cacereño, con la predisposición de su actual equipo, le ha preparado para este próximo domingo (Príncipe Felipe, 19.00 horas). «Estoy muy contento, me encanta volver otra vez a Cáceres para ver a los amigos y compañeros que dejé allí. Este homenaje es todo un orgullo para mí».
Echando la vista atrás, ¿qué ha supuesto el Cacereño para Rubén Palero en lo personal y en lo futbolístico? «Valores. He aprendido mucho porque llegué siendo prácticamente un niño. He aprendido mucho de la vida y también como futbolista porque en todos estos años han pasado grandísimos jugadores con los que he compartido vestuario».
Momentos destacados
Si tuviese que quedarse con un par de momentos destacados de los últimos años, Rubén Palero no tendría dudas: «Uno de ellos sería el primer año cuando, ascendidos a Segunda B. Lo que vivimos en La Palma contra el Tenista fue muy bonito, y luego todo el recibimiento que nos hicieron a nuestra llegada a la Plaza Mayor. Otro momento inolvidable fue en la Copa del Rey, cuando jugamos contra el Málaga y conseguimos devolver a toda la ciudad la ilusión por el Cacereño».
Aunque asegura echar de menos Cáceres, Rubén Palero vive feliz su nueva experiencia en casa con ilusiones renovadas y nuevos proyectos: «Es precioso acabar en el mismo sitio donde debuté en Tercera. Además, nuestro entrenador era compañero mío cuando debuté y eso es muy bonito».
Pese a su marcha del Cacereño, Palero nunca ha llegado a desconectar y sigue de cerca la actualidad del club: «Claro que sí. Va a estar ahí metido. Los resultados de la pretemporada son buenos y, por lo que se está fichando, se está haciendo un grupo bastante competitivo».
Que nadie se extrañe si, en su despedida del Príncipe Felipe, Rubén Palero no ocupa su característica banda derecha. «Se me podrá ver en cualquier lugar de la defensa», dice sonriente el jugador madrileño. Y es que, gracias a su amplio bagaje futbolístico, Palero es hoy un defensor polivalente capaz de desenvolverse en ambas bandas, así como en la demarcación de central. Si los designios del destino no lo impiden, este domingo brindará su último baile en la carretera de Salamanca.
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