Un abanico de colores alumbra el cielo sanfernandino en forma de Navidad.
Son fechas marcadas por la ilusión, la alegría y la nostalgia del recuerdo.
El otoño son castañas asadas las que se funden en puestos itinerantes de metal.
El otoño es ese humillo incandescente que emana de una chimenea.
El otoño es ese sonido que destapa la piel de su fruto.
El otoño es ese trozo de papel cartón que aguarda el aroma de una hoja que se desliza por el suelo.
Un otoño que se alarga antes de la llegada del invierno con temperaturas suaves.
Un año más vuelve a San Fernando de Henares, Pedro, con su casita de metal de tres metros cuadrados.
Aposentada en “las cuatro esquinas” y junto a la sombra de un gran abeto que este año ha instalado el Ayuntamiento, nuestro castañero enciende el fuego.
Fuego de carbón de encina, de brasas incandescentes y ascuas que ascienden junto al crepitar de las castañas, en un olor que cautiva los sentidos.
A pocos días de comenzar el encendido de luces navideñas, el olor del otoño y de las castañas asadas nos acerca a la Navidad.
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