Nacimiento del duque de Anjou
El duque de Anjou nacía a las cuatro y media de la mañana del domingo
19 de diciembre de 1683 en Versailles.
El ceremonial dictaba que el niño era presentado al rey en una habitación contigua a la que había tenido lugar el parto,
mientras este estaba acompañado por los príncipes de sangre y demás cortesanos. En ese momento se iniciaban toda una serie de celebraciones que duraban tres días, tanto en Versailles como en París.
mientras este estaba acompañado por los príncipes de sangre y demás cortesanos. En ese momento se iniciaban toda una serie de celebraciones que duraban tres días, tanto en Versailles como en París.
Entre ellas, el rey ordenaba que se cantase el Te Deum en la capilla real y también en Notre-Dame de París21. Igualmente, se señalaba que se debía desarrollar una procesión en Santa Genoveva, así como el orden por el que el rey y la reina debían recibir las felicitaciones de los diferentes cuerpos del reino que se encontraban en París, de la misma forma que de los embajadores.
Por último, se indicaba también que se debían cerrar las boutiquers, haber fuegos artificiales y también condonar la pena a los presos por deudas. No obstante, según la documentación de los Archives nationales de France, las celebraciones por el nacimiento del duque de Anjou se resumieron, al Te Deum porque no habían “rien de marqué”22.
Prestando atención al Mercure Galant, sin embargo, se observa que aparte de que Luis XIV ordenase el Te Deum, a la mañana siguiente el recién nacido fue saludado por los cañones, los relojes públicos y gran cantidad de fuegos artificiales, además de ser liberados todos los presos por deudas23. Con todo, en cuanto a las funciones de la gouvernante, cabe mencionarse que fue a ella (Louise de Prie, la mariscala de La Motte-Houndancourt) a quien la camarera mayor de la Delfina le entregó el recién nacido para que en la misma estancia donde estaba el rey (y se había producido el parto) lo acercase a la chimenea y lo zarandease para demostrar que estaba vivo y simbolizar que desde ese momento, hasta los siete años, el duque de Anjou iba a estar a cargo de ella y entre manos femeninas.
Igualmente, tras recibir el niño la bendición por parte del rey, este ordenó que la
Igualmente, tras recibir el niño la bendición por parte del rey, este ordenó que la
gobernanta lo entregase a la Delfina, quien lo besó y bendijo.
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