La Comunidad de Madrid autorizó a la Planta de Tratamiento de Valdemingómez para eliminar temporalmente residuos sanitarios ante el incremento exponencial de este tipo de basura biosanitaria infecciosa.
El consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, formuló esta petición, a través de una carta dirigida al ministro del ramo, Salvador Illa, tras la publicación, el 22 de marzo, de una Orden del Ministerio que, a juicio del Ejecutivo madrileño, creaba "inseguridad jurídica" a las comunidades autónomas y a las empresas gestoras de residuos.
La Consejería de Sanidad requirió criterios homogéneos para todo el territorio nacional en una cuestión esencial y de salud pública como es la gestión de los residuos sanitarios, puesto que los riesgos sanitarios son los mismos para todo el país.
Desde la Comunidad de Madrid, han subrayado que el sistema de recogida y gestión de los residuos generados en instalaciones sanitarias es un apoyo necesario y sustancial para el correcto funcionamiento del sistema de salud pública.
El consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, expresaba en la misiva remitida al ministro Illa que no deben existir criterios diversos según las regiones para abordar el mismo riesgo en materia de salud pública, desde el almacenamiento hasta el tratamiento de los residuos generados en instalaciones sanitarias.
Para la Comunidad de Madrid, lo excepcional de la situación del estado de alarma por COVID-19, hacía necesaria una actuación inmediata del mando único asumido por el Gobierno de España mediante disposiciones concretas que garantizaran una gestión homogénea en todo el territorio nacional para evitar flujos de una región a otra donde la normativa pudiera ser más laxa.
La cantidad de residuos ha sido tal, que ha habido que realizar almacenamientos temporales para el acopio de estos residuos, para ser eliminados a través de las plantas habituales de tratamiento de desechos sanitarios más lo tratado en la planta de Valdemingómez.
La incineradora de Valdemingómez puede haber destruido desde el 6 de abril más de 130 toneladas de residuos, que han eliminado mediante el calcinado, una nueva experiencia ya que en esta planta nunca se habían tratado residuos hospitalarios.
La incineración genera cenizas y escorias inertes, representando entre el 10 y 15 por ciento del total. Hubo un periodo de prueba en el que se destruyeron 11 toneladas de residuos sanitarios.
Existía otra opción de incineración y era hacerlo en hornos de cementeras. como ocurrió durante la crisis de las vacas locas, pero presentaba grandes dificultades y se optó por ello por Valdemingómez, la opción más segura.
Algunos camiones se han enviado a Francia, ya que las empresas que gestionan los residuos biosanitarios tienen su capacidad saturada, incluso a alguna de estas empresas se le ha concedido una autorización de urgencia modificando su licencia.
Existen 5 almacenes homologados en la Comunidad de Madrid donde se amontonan los residuos biosanitarios y para satisfacer la demanda se han tenido que comprar cubos especiales para la Agencia Madrileña de Atención Social.
El nivel de residuos de forma habitual es de 10 toneladas diarias y se ha llegado a triplicar algún día, ahora con la reducción de pacientes en los hospitales se llega a las 15 toneladas diarias.
Su destrucción se hace a 900 grados y hay garantía total de que a esas temperaturas el virus no resista.
Para poder minimizar el riesgo de contagio a causa del coronavirus, la planta de Valdemingómez hubo de extremar sus medidas de seguridad y establecer directrices específicas para la eliminación de estos residuos. Se evita la apertura manual de las bolsas, se utilizan equipos adecuados y se da prioridad a los sistemas automatizados.
Si los vecinos protestaron con la llegada de residuos de la Mancomunidad del Este, saliendo a la calle, en esta ocasión la FRAVM ha manifestado su preocupación y ha solicitado información detallada y transparente al gobierno regional sobre estas medidas de urgencia.
"La renuncia a manifestarse en la calle por el estado de alarma no implica callar y tragar de forma acrítica con decisiones que no solo son injustas sino que sacan a la luz las contradicciones de la Administración" ha manifestado la Federación en un comunicado.
Desde la Comunidad de Madrid, han subrayado que el sistema de recogida y gestión de los residuos generados en instalaciones sanitarias es un apoyo necesario y sustancial para el correcto funcionamiento del sistema de salud pública.
El consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, expresaba en la misiva remitida al ministro Illa que no deben existir criterios diversos según las regiones para abordar el mismo riesgo en materia de salud pública, desde el almacenamiento hasta el tratamiento de los residuos generados en instalaciones sanitarias.
Para la Comunidad de Madrid, lo excepcional de la situación del estado de alarma por COVID-19, hacía necesaria una actuación inmediata del mando único asumido por el Gobierno de España mediante disposiciones concretas que garantizaran una gestión homogénea en todo el territorio nacional para evitar flujos de una región a otra donde la normativa pudiera ser más laxa.
La cantidad de residuos ha sido tal, que ha habido que realizar almacenamientos temporales para el acopio de estos residuos, para ser eliminados a través de las plantas habituales de tratamiento de desechos sanitarios más lo tratado en la planta de Valdemingómez.
La incineradora de Valdemingómez puede haber destruido desde el 6 de abril más de 130 toneladas de residuos, que han eliminado mediante el calcinado, una nueva experiencia ya que en esta planta nunca se habían tratado residuos hospitalarios.
La incineración genera cenizas y escorias inertes, representando entre el 10 y 15 por ciento del total. Hubo un periodo de prueba en el que se destruyeron 11 toneladas de residuos sanitarios.
Existía otra opción de incineración y era hacerlo en hornos de cementeras. como ocurrió durante la crisis de las vacas locas, pero presentaba grandes dificultades y se optó por ello por Valdemingómez, la opción más segura.
Algunos camiones se han enviado a Francia, ya que las empresas que gestionan los residuos biosanitarios tienen su capacidad saturada, incluso a alguna de estas empresas se le ha concedido una autorización de urgencia modificando su licencia.
Existen 5 almacenes homologados en la Comunidad de Madrid donde se amontonan los residuos biosanitarios y para satisfacer la demanda se han tenido que comprar cubos especiales para la Agencia Madrileña de Atención Social.
El nivel de residuos de forma habitual es de 10 toneladas diarias y se ha llegado a triplicar algún día, ahora con la reducción de pacientes en los hospitales se llega a las 15 toneladas diarias.
Su destrucción se hace a 900 grados y hay garantía total de que a esas temperaturas el virus no resista.
Para poder minimizar el riesgo de contagio a causa del coronavirus, la planta de Valdemingómez hubo de extremar sus medidas de seguridad y establecer directrices específicas para la eliminación de estos residuos. Se evita la apertura manual de las bolsas, se utilizan equipos adecuados y se da prioridad a los sistemas automatizados.
Si los vecinos protestaron con la llegada de residuos de la Mancomunidad del Este, saliendo a la calle, en esta ocasión la FRAVM ha manifestado su preocupación y ha solicitado información detallada y transparente al gobierno regional sobre estas medidas de urgencia.
"La renuncia a manifestarse en la calle por el estado de alarma no implica callar y tragar de forma acrítica con decisiones que no solo son injustas sino que sacan a la luz las contradicciones de la Administración" ha manifestado la Federación en un comunicado.


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