Se estima que en el casco urbano hay unos 200 ejemplares y otros 500 en las riberas de los ríos Jarama y Henares de nuestro término municipal, la capital española tiene más de 5.000 ejemplares de la especie que también es originaria de Brasil, Paraguay, Uruguay y Bolivia.
Parecen loros, pero son menos simpáticas y en lugar de hablar pegan chillidos estridentes. Las cotorras argentinas, una especie invasora, han proliferado en Madrid, y enloquecen a vecinos y jardineros hasta tal punto que el ayuntamiento se dispone a actuar drásticamente.
"Es horrible el ruido que hacen, no nos dejan descansar", se queja José, un vecino de la plaza de Fernando VI, bajo un chillerío continuo de cotorras que van y vienen entre los árboles de la plaza.
Aparecieron hace unos diez años en la orilla del río Jarama en el Parque del Sureste, poco a poco entraron en el casco urbano, plaza de Fernando VI, plaza Primero de mayo, avenida de San Sebastián, etc. , donde encontraron un microclima ideal con robustos árboles, agua en las bocas de riego y alimentación cercana.
La Asociación vecinal San Fernando de Henares propuso a los grupos municipales una moción para abordar el problema que se aprobó por unanimidad y que logró que en el mes de abril del año 2018 el Ayuntamiento retirase 15 nidos, los que ofrecían riesgo y atentaban contra la seguridad de los viandantes.
La Asociación vecinal San Fernando de Henares propuso a los grupos municipales una moción para abordar el problema que se aprobó por unanimidad y que logró que en el mes de abril del año 2018 el Ayuntamiento retirase 15 nidos, los que ofrecían riesgo y atentaban contra la seguridad de los viandantes.
Ahora son decenas, que "se hacen la guerra entre ellas", y compiten por la comida con palomas, gorriones y urracas. Construyen nidos de hasta 100 kg, en los que perviven a veces hasta 20 ejemplares. Pero también son un problema para los vecinos de determinadas zonas, a los que tienen hartos con su cotorreo enloquecedor, sus graznidos en un ambiente de ruido hace que el sonómetro alcance los 80 decibelios.
Según un censo de la Sociedad Española de Ornitología (SEO/Birdlife), el año pasado había en toda España unos 20.000 ejemplares de esta especie, concentrados en las zonas de Madrid, Barcelona y Málaga (sur), con importantes colonias en otros puntos del país. "Alto éxito reproductor" Las cotorras llegaron hace décadas a España como mascotas. Muchos de sus dueños no tardaron en soltarlas, al descubrir lo molestos que pueden ser sus graznidos agudos. Desde hace años la especie está catalogada como invasora, lo que autoriza a combatirla, y en 2011 se prohibió su comercialización.
La cotorra argentina "produce una merma importante en la salud y en el estado sanitario del arbolado, y algunos se secan", comenta Blas Molina, técnico de SEO/Birdlife. Según explica, lo que hasta ahora solían hacer los ayuntamientos era cortar las ramas y destruir nidos allí donde detectaban colonias, pero "se despreocupaban de la población (de aves), con lo cual lo que hacían era mover los individuos a otras zonas".
En la Comunidad de Madrid, donde se estima que hay cerca de 10.000 cotorras, el ayuntamiento de San Fernando de Henares está preparando un plan de colaboración que comenzaría en 2019 en coordinación con asociaciones que participan en la Mesa de bienestar animal.
Aunque el combate contra esta especie invasora autoriza la eliminación física, la SEO se niega a recomendar explícitamente dicha medida, que no sienta bien a los ecologistas, por ello la actuación de 2017 hubo que retirar nidos en lugar de eliminar a las aves.
El ayuntamiento sanfernandino también estudia la captura, control y esterilización de los machos, medidas que hasta ahora no se habían realizado.
La captura requiere autorización de la Dirección General de Medio Ambiente como hizo Boadilla en 2017 y que redujo a una cuarta parte su población, en otros casos, se han cortado las ramas en los que estaban los nidos, se han agujereado los huevos con una aguja muy fina, se han eliminado ejemplares a perdigonazo limpio, todo por eliminar esos graznidos tan insoportables
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