La compañía de Jeff Bezos aparece como una de las ganadoras por la situación de alarma. Sus ventas han repuntado en marzo, pero afronta las protestas de trabajadores en Estados Unidos y las denuncias sobre las medidas para proteger la de salud de sus trabajadores en Europa.
Los trabajadores del centro de Amazon de San Fernando de Henares (Madrid) no han parado de asistir a sus puestos ni el jueves ni el viernes santo. La compañía de venta online no para ningún día del año: ni en Semana Santa ni como consecuencia de la crisis sanitaria. “Han aumentado un 15% los pedidos”, estima Daniel García, uno de los trabajadores del centro, que refiere que, en condiciones normales, esta época se considera como de “valle” de ventas, pero el confinamiento de la población ha transformado el ritmo de trabajo, que ya se equipara con el nivel de ventas de diciembre, uno de los “picos” de venta del año para la empresa líder en comercio online.
“Hay de todo: tablets, juegos, Kindle... está saliendo de todo”, señala García, quien lamenta que no se haya reducido la oferta para asegurar la salud de trabajadores, repartidores y consumidores del catálogo de Amazon. Moisés Fernández, del Comité de Empresa de CGT en San Fernando, estima que el volumen de productos de primera necesidad que se está vendiendo no llega al 10% de las transacciones. “La plantilla no entiende que no se limite el catálogo de venta de productos”, denuncia Fernández.
Fernández confirma que se han enviado paquetes “que han empaquetado personas que es posible que tengan covid19, y se están produciendo devoluciones por parte de gente que tiene el virus”. Pero el decreto de servicios mínimos y esenciales del 29 de marzo no interfirió en la actividad de Amazon, lo que ha causado perplejidad en la plantilla. “Hay gente enfadada y con miedo por su salud, gente que vive con personas mayores y colectivos de riesgo que han solicitado vacaciones o permisos no retribuidos para no poner en peligro la vida de sus familiares”, denuncian desde CGT, que cifran en 200 el número de trabajadores que se han acogido a este tipo de fórmulas.
Tras las primeras semanas, en las que, a juicio de los sindicatos, la empresa minimizó las consecuencias del virus sobre la plantilla, los trabajadores reconocen que en la última semana se han puesto en marchas medidas de seguridad, después de que el 23 de marzo se presentara Inspección de Trabajo en el centro. Inspección detectó entonces que las distancias entre trabajadores eran insuficientes y que faltaban dispensadores para desinfección. A raíz de esa investigación se contrató a más personal de limpieza para la higienización de los puestos de trabajo, aunque esta se está produciendo, denuncian los sindicatos, sin interrupción de la actividad de los trabajadores. Tampoco se ha mejorado la salida y entrada de la plantilla, formada en San Fernando por 2.000 personas, que no se produce de forma escalonada.
Amazon sigue contratando personal debido a las bajas y por el intenso tráfico de mercancías. Como en toda Europa, se ha aumentado el sueldo en dos euros la hora y se han aumentado las horas extra, lo que devuelve la situación salarial a las condiciones previas a la no renovación del convenio bajo el que se operaba hasta 2019, una no renovación que tuvo como consecuencia la convocatoria de varias jornadas de huelga.
MOVILIZACIONES EN ESTADOS UNIDOS
La actividad en todo el mundo y la falta de medidas de salud laboral han sido objeto de campañas en Estados Unidos y Francia, que han puesto en entredicho la reputación de la compañía “más valiosa” del mundo. A sus conocidas prácticas contra la organización de los trabajadores se suma la disparidad de las condiciones en sus almacenes, que operan en la mayoría de los casos bajo fórmulas legales diferentes.
El despido de Christian Smalls, un veterano trabajador de la compañía, impulsor de las huelgas por motivos de salud laboral en Staten Island, ha puesto a Amazon en el punto de mira de las autoridades políticas y judiciales del Estado de Nueva York, que están investigando a la compañía por la posible ilegalidad de ese despido. Los últimos lunes, el 30 de marzo y el 6 de abril, la plantilla de Amazon está llevando a cabo paros de protesta hasta que no se garanticen las condiciones de salud. Se han reproducido protestas en otros centros en las ciudades de Chicago, Detroit y Sacramento.
Pero los problemas de la compañía en Estados Unidos, donde tiene más de 400.000 empleados, y algunos brotes de protesta organizada en Francia no han cambiado el rumbo de Amazon, que lidera a los sistemas de reparto y logística que están aflorando como los grandes ganadores en la crisis del covid19. La compañía ha contratado a 100.000 personas en todo el mundo desde comienzos de marzo, y su nivel de reparto en Estados Unidos ha aumentado 50 veces con respecto a las previsiones anteriores al coronavirus.
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