4 de junio de 1766
Pablo de Olavide toma posesión también del Real Hospicio de Madrid
La Real Fábrica de Paños de San Fernando sólo estuvo en funcionamiento unos pocos años, las enfermedades y el mercado dieron al traste con el proyecto industrial de Fernando VI.
El edificio fue arrendado a los Cinco Gremios Mayores por diez años y al finalizar ese periodo, la Corona buscó otra utilidad a la construcción.
En marzo de 1766 se produce el motín de Esquilache en la villa de Madrid, propiciado por la antipatía que el ministro italiano causaba entre el pueblo, pero de forma especial por la carestía de pan, un bien básico para los ciudadanos.
El miedo de Carlos III le hizo huir con toda su familia al palacio de Aranjuez con toda su familia, algo que siempre le reprochó su madre Isabel de Farnesio. Pasada la revuelta, se anunciaron reformas, pero del análisis de quiénes habían sido los revoltosos, observaron que muchas personas vivían en la villa, sin oficio, ni beneficio, algo que iba en contra de la política del Antiguo Régimen en la que todo el mundo tenía que aportar a la sociedad.
Por ello, se decidió trasladar a Vicálvaro a toda esa gente improductiva, pero pronto se desistió porque las instalaciones no estaban preparadas, entonces el destino se decide que sea el edificio del Real Sitio de San Fernando, que se convertiría en Hospicio. También en Madrid se usa el Hospicio de San Fernando para tal fin.
Para la dirección y gestión de ambos Hospicios se elige a Pablo de Olavide, un ilustre jurista, escritor y político español, esto ocurrió el 4 de junio de 1766.
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