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Efemérides de San Fernando de Henares. 10 de agosto. Fallecimiento del Rey Fernando VI

10 de agosto de 1750

Fallecimiento del Rey Fernando VI

El último año: el «año sin rey» (agosto 1758-agosto 1759)


Retrato del rey Fernando VI, por Louis-Michel van Loo.

Mausoleo del rey Fernando VI (Convento de las Salesas Reales, en Madrid).
La reina Bárbara de Braganza no gozaba últimamente de buena salud. «Padecía especialmente una tos continua, que la obligaba a veces a suspender las cultas veladas que se organizaban casi diariamente en palacio».​ En la primavera de 1758 fue trasladada a Aranjuez pensando que allí se restablecería del asma, haciendo el viaje en etapas para que no se cansara. Aunque al principio pareció mejorar, pronto volvieron los dolores y la fatiga. En julio su salud empeoró. Padecía fiebres altas que aumentaban por la tarde y la madrugada. El 25 de agosto perdió la voz. Su agonía duró dos días, falleciendo en la madrugada del 27 de agosto de 1758. Su cadáver fue llevado al Convento de las Salesas Reales en Madrid, que había sido fundado por ella, y provisionalmente guardado bajo la cripta.​
El fallecimiento de la reina produjo un agravamiento en la salud del rey (los reyes estaban profundamente unidos), hasta llegar a un alto grado de locura.​
Fernando VI no participó en el cortejo fúnebre que condujo el cadáver de la reina a Madrid, sino que abandonó Aranjuez el mismo día en que murió doña Bárbara para instalarse en el castillo de Villaviciosa de Odón, acompañado por su medio hermano, el infante don Luis. Se pensó que sería un buen lugar porque allí nada le recordaría a la reina y podría distraerse con su afición favorita, la caza. Pero a los diez días aparecieron los primeros síntomas de la enfermedad.
Sentía grandes temores de morir o de ahogarse y fue abandonando los asuntos y la caza. [...] El último documento que firmó es de un mes después de la defunción de su esposa y el último despacho del rey con el ministro Wall fue a principios de octubre de 1758, «de pie y en conversación». [...] El rey dejó de hablar, y fue reduciendo sus comidas hasta el punto de que no se alimentaba. Las manías hicieron su aparición y poco después se encerró en una habitación en la que había sitio escaso para una cama, donde pasó sus últimos meses

Durante ese tiempo se mostró agresivo —«tiene unos impulsos muy grandes de morder a todo el mundo», escribió el infante Luis a su madre Isabel de Farnesio— y para calmarlo le suministraban opio; intentó suicidarse en varias ocasiones y pidió veneno a los médicos o armas de fuego a los miembros de la guardia real; jugaba a fingir que estaba muerto o, envuelto en una sábana, a que era un fantasma. Cada día estaba más delgado y pálido, lo que se unía a la dejadez en su aseo personal. No dormía en la cama sino sobre dos sillas y un taburete.16​ Mientras esto sucedía en el castillo de Villaviciosa de Odón, por la "villa y corte" de Madrid circulaban versos como éstos:
...Si este rey no tiene cura,

¿a qué esperáis o qué hacéis?

Muy presto cumplirá un año

que sin ver a vuestro rey,

os sujetáis a una ley

hija de un continuo engaño...


La opinión más comúnmente aceptada es que Fernando VI sufría un trastorno psiquiátrico, bien una depresión psicótica o un trastorno bipolar. También, en otra investigación realizada por médicos, se establece que Fernando VI pudo haber sufrido una demencia rápidamente progresiva debida a algún problema neurológico.​
Fernando VI murió el 10 de agosto de 1759, decimotercer aniversario de su proclamación como rey. Su cadáver fue trasladado al Convento de las Salesas Reales y, al igual que se había hecho con los restos de su esposa, los suyos fueron guardados en un sepulcro provisional debajo del coro. Los mausoleos del rey y de la reina fueron construidos luego durante el reinado de su sucesor Carlos III y terminados en 1765. El de Fernando, diseñado por Francesco Sabatini y labrado en mármol por Francisco Gutiérrez Arribas, fue colocado en el lado derecho del crucero de la iglesia del Convento y el de doña Bárbara en el coro bajo de las monjas, detrás del de su esposo.​
Fue sucedido por su medio hermano, Carlos III, hijo de Felipe V y su segunda esposa Isabel de Farnesio, al no haber tenido descendencia propia.
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