La Comunidad de Madrid ha puesto en marcha un sistema de traslado de ancianos entre residencias de mayores para tratar de solucionar las situaciones de algunos centros que o han cerrado por falta de personal o están cerca del colapso porque suman numerosos casos de coronavirus y no pueden hacerles frente.
Según la Consejería de Sanidad, hasta ahora se han realizado 174 derivaciones de este tipo, tanto de personas que han dado positivo por Covid como negativas, dentro del plan de choque para tratar de controlar la expansión de la pandemia, que se ha cebado con los geriátricos. Entre el 8 de marzo y el 14 de abril han fallecido casi 5.000 ancianos en residencias de Madrid contagiados o con síntomas de estarlo.
La elección del centro, según un portavoz del Gobierno regional, se realiza según el número de plazas libres con capacidad para poner en cuarentena a los enfermos y del ratio de personal existente.
El grupo Amavir, por ejemplo, que tiene 21 residencias en todo Madrid, ha recibido un total de 14 residentes procedentes de otros centros en sus residencias de Villanueva de la Cañada y Pozuelo. En la primera de ellas, donde no se había registrado hasta la fecha ningún contagio, algunos de los trasladados tenían síntomas de la enfermedad, lo que provocó malestar entre los familiares y la dirección del centro, que optó por aislarles «durante 15 días».
«Entendemos que se ha desbordado la situación y que por un tema humanitario tenemos que aceptarlo, pero necesitamos un apoyo adicional, estamos viviendo una situación muy difícil», precisa Roberto Rodríguez, portavoz del centro, que también reclama que cuando se consiga derivar a un paciente a un hospital con otras patologías que no se devuelva a las residencias con positivo «a los dos o tres días», como les ha ocurrido.
En Sanidad aseguran que los traslados de contagiados a centros limpios son excepcionales y no la tónica general de las derivaciones, que sólo se realizan a residencias que «pueden hacer aislamientos correctos». En todo caso, precisan que los geriátricos receptores se reconocen y se desinfectan previamente, y que se establece una zona verde y otra roja «para poder aislar bien a los positivos».
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