Estar expuesto continuamente al ruido de los aviones puede aumentar el riesgo de sufrir hipertensión y otros problemas cardiovasculares como arritmias o ictus, especialmente si el ruido se produce por la noche.
Estar expuesto continuamente al ruido de los aviones puede aumentar el riesgo de sufrir hipertensión y otros problemas cardiovasculares como arritmias o ictus, especialmente si el ruido se produce por la noche.
Aquellos que viven cerca de aeropuertos también aumentan el riesgo de sufrir arritmias o ictus.
Las personas que viven en zonas residenciales situadas cerca de un aeropuerto suelen quejarse de las molestias que les causa el ruido de los aviones; una reivindicación comprensible, y que lo es aún más al saber que, según un reciente estudio, este desagradable sonido puede dañar seriamente nuestra salud. De hecho, la investigación, que ha sido publicada en la revista Occupational & Environmental Medicine, revela que estar expuesto al ruido continuado de las aeronaves, sobre todo si se produce por la noche, puede incrementar las probabilidades de desarrollar hipertensión y enfermedades cardiovasculares.
El trabajo analizó a un total de 420 personas que habían vivido como mínimo diez años cerca del Aeropuerto Internacional Eleftherios Venizelos de Atenas (Grecia), donde cada día aterrizan y despegan hasta 600 aviones. La zona de viviendas que se estudió fue dividida según el nivel de ruido que llegaba tanto de los aviones, como del tráfico de carretera.
En una de las áreas había una contaminación acústica de menos de 50 decibelios, en otra entre 50 y 60, y en la tercera zona se sufría un ruido superior a 60. De manera que prácticamente la mitad de los participantes (45%) estaban sometidos a ruidos diurnos de más de 55 decibelios, uno de cada cuatro estaba expuesto a más de 45 decibelios de ruido nocturno (superior a lo que suele estar permitido en zonas residenciales), y solo uno de cada diez voluntarios estaba expuesto a ruidos de tráfico de carretera de más de 55 decibelios.
Vivir cerca de aeropuertos también aumenta el riesgo de arritmias o ictus
Tras el seguimiento, los investigadores observaron que por cada diez decibelios de ruido adicional nocturno, el riesgo de sufrir hipertensión aumentaba 2,6 veces. Y no solo eso, los especialistas también relacionaron la contaminación acústica continuada de los aviones con una mayor probabilidad de sufrir complicaciones cardiovasculares como arritmias o ictus. Una asociación que, sin embargo, no resultó ser tan evidente como la que existía entre el ruido y el riesgo de desarrollar hipertensión, motivo por el que los especialistas reivindican la necesidad de realizar más estudios al respecto.
Esta investigación es una de las primeras que ha hecho un seguimiento a largo plazo sobre los efectos del ruido de los aviones. Por ello, tal y como explican los investigadores, se necesitan más evidencias para sacar conclusiones causales, aunque lo que parecen tener claro es que el impacto nocivo del tráfico aéreo es mayor que el del tráfico rodado.
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