Gobierno regional y Mancomunidad del
Este lamentan que cierto juego sucio use la inversión de Cordish en Torres de
la Alameda para intentar frenar la planta de tratamiento prevista justo al lado.
Imaginen un triángulo. En el vértice
superior un faraónico complejo de ocio y juego con
hoteles, casinos, restaurantes, teatro, circo, cines, salas de congresos,
discotecas, bolera y un gran zona comercial con 400 tiendas. El
sueño de la compañía estadounidense Cordish, el nuevo 'Eurovegas' de
Madrid. En la parte izquierda una
nueva planta de tratamiento de residuos, de 507.000 metros cuadrados,
donde irá a para la basura que generan 750.000 vecinos de una treintena de
municipios colindantes. Y en la lado derecho, una
planta de lodos que ya está funcionando y a donde llegan cada año
49.000 toneladas procedentes de las depuradoras de agua reciclada de la región.
Las tres instalaciones, a menos de tres kilómetros entre sí.
Las tres convivirán, si sale todo
según lo previsto, en un horizonte temporal no muy lejano, conformando un nuevo
paisaje en la zona este de la comunidad, entre los municipios de Torrejón de Ardoz, Loeches y Torres de
la Alameda. El Gobierno regional presidido por Cristina
Cifuentes está actualmente valorando el proyecto que Cordish
presentó a principios de diciembre, le ha pedido incluso información
complementaria, y ya todas las partes implicadas saben que el siguiente paso
será licitar un concurso público abierto a otros posibles pretendientes e
inversores que estén interesados en un proyecto de estas características. Por
otro lado, las obras de la nueva planta de tratamiento de residuos comenzarán
este año, ya que el vertedero de Alcalá de Henares (al que sustituirá) se
colmatará en 2018.
La Comunidad de Madrid aprobó el
pasado 30 de junio de 2016 el modelo de gestión y la ubicación de la nueva
planta de tratamiento de residuos. La Mancomunidad del Este (que
aglutina a 31 localidades de la zona) ratificó el acuerdo días después, el 11
de julio. La nueva planta, de tratamiento mecánico biológico, se construirá en Loeches, a menos
de dos kilómetros en línea recta de las 134 hectáreas que Cordish
ya ha comprado en el municipio colindante, Torres de la Alameda. El modelo
de planta (no se incinerarán los residuos, sino que se tratarán para su
reutilización) fue avalado por 17 municipios. Otros cuatro votaron en contra.
La ubicación de la instalación, en Loeches, fue respaldada por 15 municipios.
En contra se posicionaron ocho: el propio Loeches, Ambite, Arganda del Rey,
Mejorada del Campo, San Fernando de Henares, Torres de la Alameda, Velilla de
San Antonio y Villalbilla.
Un portavoz de la Mancomunidad
aseguró a El Confidencial que no hay marcha atrás. La planta se construirá en Loeches. Es lo
decidido. No hay tiempo para cambios e iniciar un nuevo proceso de selección
llevaría años. Sin embargo, algunas voces contrarias a la futura planta de
Loeches están intentando utilizar el poder económico de su futuro vecino, el
gran complejo de ocio y juego de Cordish, para
intentar paralizar la construcción del nuevo vertedero. ¿Cómo? Diciendo
a todos aquellos que les quieren escuchar que Cordish ha comunicado al Gobierno
regional que no quiere a las puertas de su Live! Resorts ni la futura planta de
Loeches ni la planta de lodos que hay al lado. El mensaje que están enviando es
apocalíptico: están en juego 56.400 nuevos empleos directos e indirectos y un
impacto económico de entre 4.000 y 6.000 millones.
Fuentes de la Mancomunidad y del
Gobierno regional han asegurado a El Confidencial que Cordish no ha hecho semejante petición.
"Nunca". "Alguien está enviando intencionadamente un mensaje
equivocado para intentar sacar provecho", señalan las mismas fuentes. Un
portavoz de la compañía estadounidense señala que no han hablado con la
Comunidad de Madrid de ningún vertedero ni planta de tratamiento. Cordish, de
momento, está centrado en presentar correctamente su proyecto. Si algo le
preocupa, señalan las mismas fuentes, es el transporte. Los terrenos que ha
adquirido están muy cerca del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid Barajas y a pocos
kilómetros del centro de Madrid, pero las carreteras y los medios de transporte
(autobuses) que hoy llegan a Torres no son los más idóneos para dar servicio a
un proyecto de esta envergadura.
Todas las partes implicadas tienen
claro que Cordish tendrá que convivir con la planta de Loeches y con la planta
de Lodos. No hay otra alternativa. De hecho, los residuos que genere el
complejo de ocio y juego acabarán a apenas dos kilómetros, en la nueva planta
de tratamiento mecánico biológico, cuyo coste de construcción podría alcanzar
los 60 millones de euros. La
Universidad de Alcalá de Henares ya elaboró un estudio el año pasado,
concluyendo que la ubicación de Loeches era el mejor de los cinco posibles
destinos seleccionados para albergar la planta, el que menos impacto ambiental
genera. Por ejemplo, los camiones de la basura que circulan por todas las
localidades de la Mancomunidad tendrán que recorrer 793.000 kilómetros al año cuando
lleven los residuos a Loeches, la menor distancia de los cinco emplazamientos
estudiados. Eso supone menos emisiones de CO2 y menos coste económico.
De todas formas, la partida de
ajedrez se sigue jugando, ya que algunos de los municipios que votaron en
contra y no quieren la nueva planta de tratamiento preparan acciones judiciales
y ya han presentado recursos ante la comunidad. Pero lo cierto es que el
vertedero de Alcalá de Henares (abierto en 1982) no aguanta más. En 2015 (a la
espera de conocer los datos de 2016) recogió 212.530
toneladas de residuos. Allí la basura se entierra. Su quinto y último
vaso está a punto de completarse y el vertedero se colmatará en 2018. Por eso
es necesario el de Loeches. El tiempo apremia. Tanto que la Mancomunidad tuvo
que cerrar sus puertas en marzo de 2016 a los residuos que allí depositaban
determinadas empresas privadas, unas 44.000 toneladas anuales. No cabía más y
el quinto vaso se va llenando.
La planta de lodos, por su parte,
recoge cada año 49.000 toneladas procedentes
de las depuradoras de agua reciclada de la región, unos residuos que producen
70.000 megavatios por hora de electricidad, la luz que consume, por ejemplo una
de las poblaciones cercanas: Torrejón de Ardoz (134.000 habitantes). Otra
pequeña parte de los lodos que llegan a esta instalación se mezclan con restos
de poda para fabricar compost que posteriormente se utiliza en labores
agrícolas y de jardinería.
Un cambio de modelo
Las localidades que componen
la Mancomunidad del Este van a cambiar el modelo con el que tratan su basura
tras la construcción de la nueva planta de tratamiento de Loeches. Ahora un
camión recoge la basura en cualquier calle de un municipio de la Mancomunidad y
la lleva al vertedero de Alcalá de Henares, la vuelca en el quinto vaso y luego
se entierra. No hay tratamiento
del residuo ni reciclaje.
Cuando funcione la planta de
tratamiento mecánico biológica de Loeches, ese mismo camión que ha recogido la
basura la llevará a una nave de la planta, donde se realizará un primer triaje para separar lo que es orgánico de lo
que no es orgánico, para separar, por ejemplo, ese recipiente de
plástico que el vecino de turno no ha echado en el contenedor amarillo. Ese envase
se recupera.
Luego, la basura, ya depurada, ya
triada, sufrirá una serie de tratamientos mecánicos y biológicos, de
temperatura, de volteo, para producir un bioestabilizado orgánico. Un producto
que no llega a ser compost pero que sirve para restaurar canteras o
utilizarlo en labores agrícolas y de plantación. El objetivo es que solo el 35% de lo que entra en la planta
se tenga que enterrar en los cuatro depósitos de cola que se
construirán y que ocuparán una superficie de 332.982 metros cuadrados.
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