3 de enero de 1991
IVECO compra PEGASO
No mucho después de conocerse la noticia, la venta a Fiat empezó a ser considerada por unos y por otros como la peor de todas las alternativas que a lo largo de ese año y medio a que me refería antes se habían ido ofreciendo ante los altos estamentos del Instituto Nacional de Industria (INI) y el Ministerio de Industria. Fuentes del INI defendían sin embargo que había sido una salida airosa porque, de haber esperado un poco más, la única solución habría sido el cierre de ENASA, poniendo a casi 6.000 personas en la calle o mantener el agujero negro financiero de una organización que, a finales de 1989, llevaba unas pérdidas acumuladas próximas a los 150.000 millones de pesetas, amén de registrar más de una década continuada de balances financieros negativos.
Desde luego, la oferta de Fiat que finalmente fue aceptada se alejaba mucho de la que los italianos habían hecho en octubre de 1989, la cual incluía levantar en España una nueva fábrica de coches con capacidad para 450.000 unidades al año y que representaba unas inversiones de 120.000 millones de pesetas.
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