A pesar de que la incidencia de la enfermedad está siendo distinta en los países, la mayoría han registrado cifras máximas durante la última semana lo que ha obligado a distintos países a adoptar medidas más restrictivas.
De momento, España es claramente el país con peores tasas de Covid del continente, pero desde septiembre Italia y Francia han iniciado una tendencia al alza sostenida y han endurecido sus medidas contra el coronavirus, como la de obligar a llevar mascarillas en espacios al aire libre (que hasta ahora no era obligatorio), además del cierre de bares y gimnasios en París.
Europa en alerta
Países como Reino Unido ya se empiezan a dar cuenta de que la segunda ola es un hecho. Así lo reconocía el primer ministro británico Boris Johnson hace unos días: «No hay duda, ahora vemos una segunda ola que se avecina. Lo vemos en Francia, en España, en toda Europa. Es inevitable que lo veremos también en este país».
A nivel Europeo, el récord de positivos en un día se produjo el 11 de septiembre, con 54.000, superando al mayor dato registrado hasta entonces que era de 43.000 durante el mes de abril.
Estas cifras hay que analizarlas con un nuevo prisma y no compararlas directamente con marzo, pues sí que es verdad que ahora se realizan más pruebas diagnósticas; aun así, y aunque las cifras de hospitalizaciones y muertos no son las que sacudieron a los países de nuestro entorno durante la primera ola, sino que son inferiores, el director de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para Europa, Hans Kluge, ha alertado sobre la gravedad de la situación en el Viejo Continente: «Las cifras de septiembre deberían servir de alarma para todos. Aunque estos números reflejan que se han hecho más test, también muestran tasas alarmantes de transmisión en la región. La situación es muy grave».
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