El 21 de marzo de 1844 llegaba la estatua de Fernando VI al Real Sitio de San Fernando, regalo de Isabel II y en el anverso de la estatua se grabó esta fecha histórica.
Muchos vecinos ven la estatua sin rostro y sin manos, pero no conocen que sobre el año 1940, Francisco Fernández Pérez "ICOTE" abreviatura de Franciscote fue el que mutiló las manos a la estatua.
Eran jóvenes y había pocas diversiones, este vecino valiente una vez se subió en lo alto de la estatua y se tiró con un paraguas, pensando que se abriría como un paracaídas y se dio un golpe que casi se mata, pero como el riesgo a veces es ciego, en otra ocasión se colgó de la mano de la estatua y la arrancó, otras versiones dicen que fue con una cuerda, lo cierto es que ICOTE fue el autor de la mutilación de las manos de la estatua de Fernando VI, así quedará en el recuerdo de los sanfernandinos.
ICOTE era un manitas, de oficio carpintero y vivió en la Cuesta de la Grilla.
ICOTE ya ha fallecido y nos cuentan otra anécdota de su vida, ya jubilado acudió al Centro de Mayores Gloria Fuertes, entró a última hora al servicio y se debió desmayar, cerraron el centro y estuvo hasta el día siguiente en el suelo del servicio hasta que la señora de la limpieza acudió a limpiar los aseos, y se encontró con alguien que obstruía la puerta, afortunadamente fue solo un susto.
ICOTE ya ha fallecido y nos cuentan otra anécdota de su vida, ya jubilado acudió al Centro de Mayores Gloria Fuertes, entró a última hora al servicio y se debió desmayar, cerraron el centro y estuvo hasta el día siguiente en el suelo del servicio hasta que la señora de la limpieza acudió a limpiar los aseos, y se encontró con alguien que obstruía la puerta, afortunadamente fue solo un susto.
Una de las manos de Fernando VI, desapareció en aquel episodio, al igual que le ocurrió el 20 de septiembre de 2002 a la diosa Cibeles, en la que unos jóvenes ebrios arrancaron su mano.
En el caso de la estatua diosa de la capital de España se repuso el 5 de noviembre del mismo año, pero la estatua de Fernando VI, de la que seguramente hay planos de cómo era, nunca se recuperó.
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