La compañía, especializada en instalaciones, prevé alcanzar una facturación de 15 millones de euros en los próximos tres años
El edificio Aston Martin en Miami –el primero para uso residencial de la marca–, la ampliación del Hospital Fontainebleau en París, la rehabilitación del centro comercial Plenilunio en Madrid, la finalización de la Sagrada Familia en Barcelona... Estos son sólo algunos proyectos que se encuentra desarrollando en estos momentos PGI Engineering. Una empresa que lleva la ingeniería española por todo el mundo. Propuestas en Angola, Arabia Saudí, Argelia, Argentina, Bielorrusia, Bolivia, Colombia, Congo, Chile, China, Dubai, Francia, Haití, Honduras, Kazajastán o Kuwait tienen su sello.
Especializada en ingeniería de instalaciones, afronta una nueva etapa. Tras casi tres décadas de existencia, el fundador y presidente, Josep Juliol, lidera un nuevo equipo, cuyo Consejo de Administración está formado por Aina Juliol, David Tuset, Carme Trull, Joan Figueras, y una participación que pertenece a un grupo de ingenieros asociado. También ha incorporado a Joaquim Olaria como CEO, figura que no existía hasta el momento en la empresa. Savia nueva para una compañía de carácter familiar, pero que ha hecho de la profesionalidad su «leitmotiv» y garantía para afrontar con éxito nuevos retos. PGI se ha propuesto consolidarse en los mercados en los que está presente, así como potenciar determinadas áreas de negocio, como la consultoría.
La compañía diseña las instalaciones más adecuadas para cualquier edificio o área exterior. En este sentido, desarrolla principalmente su actividad en tres áreas de negocio: edificación, logística industrial y aquella relacionada con la energía y la sostenibilidad. Ante un cierto parón en la rama de edificación, Aina Juliol, consejera ejecutiva de la compañía, considera que estas dos últimas áreas de negocio experimentarán un importante auge en los próximos años, motivo por el que PGI ha decidido apostar firmemente por ellas.
Tras pasar quince años en Miami, desde donde impulsó la expansión internacional de la empresa hacia países como México, Perú y Bolivia, donde la compañía posee filiales, Aina Juliol ha regresado a España para formar parte de la nueva etapa de la compañía. «PGI está inmersa en un proceso de cambio. El nuevo equipo pretende que la compañía continúe creciendo aportando toda nuestra experiencia. Tras unos años muy difíciles como consecuencia de la crisis, PGI ha sabido amoldarse a los cambios en un proceso de evolución constante, y esa capacidad de adaptación es la que queremos seguir conservando, potenciando determinadas áreas de actividad, por un lado, y diversificando nuestro negocio, por otro». En este sentido, Juliol asegura que la intención de PGI es salir de la cierta zona de confort que le reporta una dinámica de trabajo tradicional con arquitectos y promotores. «Queremos colaborar directamente con inversores. Actuar como consultores y diseñadores de planes de mantenimiento que les ayuden a optimizar su inversión, sobre todo desde el punto de vista de la logística industrial y de la certificación energética. Nos interesa que los edificios sean funcionales, pero, al mismo tiempo, buscamos el equilibrio entre confort y sofisticación, de manera que, al final, el dueño del edificio, siempre tenga beneficio», añade.
La compañía prevé cerrar 2018 con 11 millones de facturación y alcanzar en tres años los 15 millones, incrementando especialmente la actividad en Madrid. PGI ha hecho una apuesta muy fuerte por la capital, donde prevé un gran crecimiento en los próximos años. En la región, está siendo partícipe de importantes planificaciones. Además de la reforma del centro comercial Plenilunio, está inmersa en un desarrollo industrial en la localidad de San Fernando de Henares. También es responsable de la rehabilitación de la sede de Porsche y del complejo de oficinas para Therus Investment, entre otros proyectos.
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