El funcionamiento de las escaleras mecánicas y de los ascensores también sufren un gran incremento, según el balance anual del suburbano
Las quejas por la poca frecuencia de los trenes en el metro se han casi triplicado en un año, al pasar de 1.021 en 2017 a 2.859 en 2018. Este es el principal motivo que lleva a los viajeros a poner reclamaciones ante las oficinas del suburbano, a mucha distancia de los siguientes: los problemas a la hora de comprar títulos, las incidencias en el servicio y el pago electrónico. Las protestas por el mal funcionamiento de escaleras mecánicas y ascensores son las que más han crecido (142% y 50% respectivamente), solo por detrás de las referidas a frecuencias (180%).
Un rápido vistazo a las redes sociales permite comprobar que muchos usuarios del suburbano madrileño se quejan a diario sobre el servicio en el suburbano. “Averías, tiempos de espera interminables, vagones llenos”, se lamentaba ayer en Twitter @DrAstrocyte. “Andén de la línea 4 esta mañana lleno tras más de 8 min de espera”, añadía @eva_mzmo. “Habrá que poner más trenes y más personal. Esto es de pesadilla”, pedía @LopezDiezIvan. Tan solo ayer, la cuenta @SufridoresMetro, que se encarga de fiscalizar al metro, recogió una quincena.
El descontendo de los viajeros tiene su reflejo en las reclamaciones que ponen ante el propio Metro de Madrid. La empresa pública ofrece el dato en quejas por millón de viajeros. Así, en 2017 hubo 24,07 reclamaciones por millón de viajeros, de las cuales 1,63 fueron por la frecuencia de los trenes. Dado que hubo 626,4 millones de viajeros, en ese año hubo unas 15.777 reclamaciones, de las que 1.021 fueron por la frecuencia de los trenes. En 2018 las reclamaciones crecieron a 25,09 por millón de viajeros, pero con un aumento espectacular de las referidas a frecuencia de los trenes (4,35). Dado que hubo 657,2 millones de viajeros, las reclamaciones totales fueron de unas 16.489 reclamaciones, de las que 2.859 fueron por las citadas frecuencias de los convoyes. Un crecimiento de 180%.
La segunda causa que más quejas motivó (1.452) fue la adquisición de títulos externa a metro, es decir, los problemas a la hora de comprar viajes. En tercer lugar, los viajeros reclamaron por incidencias en el servicio propias (en 1.328 ocasiones). En cuarto lugar, por problemas con el pago electrónico (1.262) y, en quinto, por el funcionamiento de los equipos de venta (848, con un descenso del 20% respecto al año anterior). Las reclamaciones por los problemas de las escaleras mecánicas crecieron un 142% (de 269 a 651), mientras que los fallos en ascensores aumentaron un 50% (de 545 a 815).
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