Rivas es el municipio con la tasa de mortalidad más baja de España, según datos publicados en 2018, y cuenta con una mayoría de población joven. Por ello, la ampliación o construcción de otro camposanto —anunciada en 2017 y aprobada en pleno a finales de ese mismo añ — no se va a llevar a cabo por el momento, ya que, como explican a Diario de Rivas fuentes municipales, “las empresas funerarias no ven rentable este tipo de instalación ahora mismo por la poca actividad que tendría”. Durante un tiempo se habló, incluso, de incluir en el futuro cementerio el enterramiento de animales de compañía, pero el proyecto tampoco contó con el apoyo de ninguna empresa gestora. Así las cosas, la realidad es que el actual cementerio está prácticamente completo, lo que ha obligado al Ayuntamiento de Rivas a firmar un acuerdo con el de San Fernando de Henares para garantizar a su ciudadanía un lugar donde poder enterrarse en caso de necesidad. El acuerdo, que ha estado en vigor durante la segunda mitad de 2018, ha finalizado el pasado 31 de diciembre y, ahora, ambos consistorios aseguran que se está trabajando para su renovación.
Los últimos cálculos sitúan en agosto de 2020 la fecha de colmatación del cementerio de Rivas Vaciamadrid. A partir de ese verano, si se cumplen las previsiones, las personas empadronadas que fallezcan ya no podrán enterrarse en suelo ripense, porque no habrá unidades de enterramiento disponibles. En 2018, 38 cuerpos fueron inhumados en el cementerio municipal, dato que mantiene la media de los últimos años; en lo que llevamos de 2019, han sido cuatro los entierros en este camposanto, situado en pleno barrio Centro, en la calle de Rafael Canogar. A día de hoy quedan libres 44 nichos y 51 columbarios, según los datos facilitados por el ayuntamiento. Desde que se firmara el acuerdo con el ayuntamiento de San Fernando de Henares en el mes de julio, y según este último consistorio, sólo consta que se haya enterrado allí una persona empadronada en Rivas. Dicho convenio no implica ninguna reducción en la tasa municipal que los ripenses tienen que pagar a la localidad limítrofe, la de no residentes, ya que “el importe sólo es menor cuando se trata de una persona empadronada en este municipio”, confirman fuentes sanfernandinas.
Rivas se vio prácticamente obligada a buscar una solución a la falta de espacio en el cementerio, porque según la ley los ayuntamientos están obligados a prestar este servicio. La ciudad cuenta con cerca de 90.000 habitantes, con aproximadamente el mismo número de hombres que de mujeres, y su índice de mortalidad, de 2,42 fallecidos por cada 1000 vecinos, es el más bajo de toda España. Además, un 46 por ciento de la población censada tiene menos de 35 años y hay unos 18.700 jóvenes de menos de 15 años (21,5 por ciento del padrón), es decir, únicamente un 6,5% de ripenses tiene 66 o más años. Con estos datos, todavía no se ha encontrado ninguna empresa que considere rentable gestionar y hacerse cargo de un nuevo complejo funerario en la localidad.
En los últimos meses, se ha ampliado la fecha calculada en un principio para que estuvieran completas las unidades de enterramiento del cementerio. Según la normativa, es imprescindible que, para ser enterrado ahí, la persona fallecida o su familiar directo estén empadronados en Rivas. Por otro lado, al contar con una población de la tercera edad procedente en muchos casos de localidades rurales, cuando fallecen, los familiares en muchas ocasiones deciden trasladar el cuerpo hasta su pueblo natal. Además, hoy día se tiende cada vez más a la incineración y no al enterramiento. Todo ello, unido a la construcción de algunos nuevos módulos de columbarios y nichos, está permitiendo alargar la vida útil del pequeño camposanto ripense.
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