Ya están aquí las ansiadas vacaciones. Durante dos o tres meses van a ser muchos los desplazamientos que vamos a realizar a lo largo y ancho de nuestras carreteras, por lo que estos días cobran renovada importancia algunos consejos clásicos que conviene tener en cuenta antes de salir de vacaciones.
La ordenación clásica de los factores de riesgo en la conducción habla de un triángulo formado por el conductor, el vehículo y la vía. Aunque en la actualidad ese triángulo ha pasado a la Historia en favor de otros esquemas más completos, en esta ocasión nos viene bien para dar un repaso a los principales puntos que debemos verificar antes de cerrar la llave del gas, echar dos vueltas a la cerradura y lanzarnos a la carretera en busca de un merecido descanso.
Conductor
Por mucho que avance la tecnología en materia de seguridad activa y pasiva, sigue siendo el conductor quien, con su buen hacer, debe saber elegir las respuestas adecuadas en cada situación y efectuar los movimientos necesarios en el momento preciso. Pero si el conductor no se encuentra en unas óptimas condiciones psicofísicas, los resultados que obtendrá durante la conducción no siempre serán satisfactorios. Por eso resulta recomendable:
1. Salir estando descansado. Parece mentira, pero todavía es frecuente la ¿planificación? de un viaje al estilo “salgo de trabajar a las cinco, paso por casa y a las seis estamos en la carretera”. A no ser que uno trabaje rascándose la barriga todo el día, es necesario descansar al menos un par de horas antes de salir de viaje. Y descansar quiere decir precisamente eso: descansar. Si salimos fatigados, aunque nos atiborremos a café el cuerpo acabará por pasarnos factura. El cerebro desconectará para defenderse del cansancio y podemos acabar teniendo un disgusto.
2. Comer algo. Ya sabemos que es importante comer bien mientras se viaja: sin pasar hambre ni levantarse de la mesa rodando. Comer poco es un billete seguro para la fatiga de nuestro cerebro. Comer en exceso nos garantiza el amodorramiento. Como siempre, el secreto está en encontrar el equilibrio. Varias comidas ligeras serán siempre una mejor solución que un atracón pantagruélico.
3. Llevar a mano una botella de agua. Mientras conducimos, necesitamos mantener nuestra atención al volante. Pero esta atención disminuye cuando no ingerimos líquidos. Por eso es necesario tener presente la importancia de hidratarse durante el viaje, siempre realizando una breve parada para evitar perder la atención sobre la carretera mientras bebemos.
Vehículo
Hoy en día, los programas de mantenimiento de los coches que manejamos contemplan largos periodos entre revisión y revisión. Por eso, nuestros vehículos nos permiten olvidarnos casi por completo de sus cuidados. Sin embargo ese “casi” es el que puede marcar la diferencia entre un viaje sin sobresaltos y una mala experiencia. Por eso resulta necesario:
4. Revisar el estado general del vehículo. De nada sirve tener el mejor vehículo si no lo mantenemos en forma durante todo el año. Pero, a la vista de un largo viaje, lo mejor es echarle un ojo a algunos puntos esenciales del mantenimiento del automóvil.
5. Revisar el estado de los neumáticos. No debemos olvidar nunca que las ruedas constituyen el único punto de contacto entre el vehículo y el terreno. Por eso, si no están en buen estado, de nada servirá que llevemos el vehículo más equipado. Lo básico es comprobar la presión de inflado de los neumáticos, su buen estado general, la profundidad del dibujo y la ausencia de cortes u otros desperfectos. Si tenemos la menor duda, vale la pena acudir a un taller especializado para que le echen un ojo. En esto nos puede ir la vida, y esta frase no es una exageración.
6. Cargar sólo con lo necesario. Un exceso de equipaje se traducirá en un exceso de consumo y en una mala respuesta del vehículo en una situación de emergencia. Seguramente en nuestro lugar de destino podremos encontrar comercios donde comprar muchas de esas cosas que habitualmente paseamos absurdamente de una punta del país a la otra. Por otra parte, si viajamos con los asientos traseros vacíos, es conveniente abrochar los cinturones para que ayuden a retener el contenido del maletero en caso de frenado brusco o colisión.
7. Revisar la documentación que llevamos. Dentro de España, en el coche hay que llevar el permiso de circulación, la tarjeta de la ITV y el último recibo que acredita estar al día en el pago del seguro. El conductor, por su parte, debe llevar el DNI y el permiso de conducir. Las fotocopias debidamente compulsadas son válidas a estos efectos. Para viajar fuera de España, hay que informarse en la Jefatura de Tráfico más cercana sobre la documentación necesaria para circular en cada caso. Normalmente, DNI en la UE y pasaporte en el resto de estados, permiso de conducir ordinario o internacional según los casos, carta verde del seguro, distintivo de nacionalidad si la matrícula no lleva el escudo de la UE y documentos de asistencia sanitaria, según los acuerdos con cada país.
Vía
La carretera es el factor sorpresa por antonomasia. Según la velocidad a la que circulemos, sus características se nos irán presentando más o menos rápidamente, por lo que debemos anticiparnos en lo posible para evitar que las diversas situaciones nos pillen desprevenidos. Una buena anticipación comienza antes del viaje, también cuando hablamos de la vía, si nos preocupamos de seguir algunos puntos como estos:
8. Informarse, antes de salir, de cuál es el mejor camino para llegar a nuestro destino y del estado de las carreteras. Imprimir cuantos mapas e indicaciones sean necesarios y estar al tanto, por medio de los informes radiofónicos, sobre las incidencias del tráfico en cada momento.
9. Elegir la hora de salida de forma inteligente, para evitar aglomeraciones en la carretera. Los atascos únicamente nos ayudarán a irritarnos y cansarnos y a gastar carburante de la forma más tonta. Una buena conducción eficientecontempla, también, este tipo de detalles.
10. Planificar la ruta de forma adecuada, en función de la distancia que debemos recorrer y pensando siempre en la necesidad de descansar a lo largo del viaje. Si programamos nuestro viaje incluyendo las paradas para contrarrestar el cansancio, evitaremos las imprudencias derivadas de la improvisación.
Finalmente…
11. No ponernos una hora de llegada. Porque la idea de tomarse unas vacaciones es descansar. Gran parte de la siniestralidad en carretera en viajes largos se registra cuando al conductor le quedan pocos kilómetros para llegar a su punto de destino. Vale la pena recordar que aunque los coches actuales tengan una autonomía de 1.000km, los seres humanos seguimos fieles a nuestro primitivo diseño, que data ya de unos cuantos miles de años. Al fin y al cabo, la idea cuando salimos de vacaciones es descansar, así que… ¿por qué vamos a estresarnos mientras dura el viaje?
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