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Olaf Mulder, director general de Mycsa

Fundada por Hans Mulder en 1977 como una pequeña empresa especializada en la importación de maquinaria, con oficina en el madrileño Paseo de la Castellana, Mycsa, Mulder y Co., se ha consolidado con los años como un gran referente en los sectores de la elevación, la manipulación, el reciclaje, la trituración, el transporte y la biomasa. Para celebrar con sus clientes, proveedores y trabajadores el haber rebasado los 40 años de vida, la compañía organizó una gran fiesta el pasado 16 de junio en las que serán sus nuevas instalaciones en San Fernando de Henares (Madrid). Aprovechamos la ocasión para entrevistar a su director general, Olaf Mulder, y profundizar en las claves del éxito experimentado por la compañía en todos estos años.

En primer lugar, felicidades por estos ya más de 40 años de vida de Mycsa y enhorabuena por la organización de esta fiesta aniversario. Realmente espectacular. ¿Con qué se queda de todo lo vivido el 16 de junio?

Sin duda alguna con la dedicación sin fisuras de todo nuestro personal que trabajó duro para lograr que esta fiesta aniversario fuera un éxito, y con la gran afluencia de clientes y amigos que hemos tenido.


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Olaf Mulder, director general de Mycsa (centro), recibe un águila de madera tallada por los deportistas de herri kilorak (deporte rural vasco) que estuvieron realizando diferentes exhibiciones en la fiesta aniversario.


¿Dispone de algunos datos para conocer la magnitud final del evento? Por ejemplo, tengo entendido que para las 1.000 raciones de paella que repartieron entre los asistentes se emplearon 100 kg de arroz.

Calculamos que el número de visitantes estuvo en torno a las 1.500 personas. Ofrecimos una gran exposición de maquinaria de todas nuestras marcas, contando con seis manipuladores Sennebogen (817/818/825/825/830/835), cinco pretrituradores Arjes (dos impaktor 250/ VZ750/VZ850 y VZ950 Titan), dos cribadoras Zemmler (MS5200 y MS1600), dos astilladoras Eschlböck (un Powertruck y un Biber 6 de mano), un modular de Goldhofer STPH, cuatro grúas Tadano (ATF60 / ATF70/ ATF100 y ATF130) y también invitamos a Palfinger, que trajeron dos cestas y dos camiones con grúas PK.
Respecto a lo que me pregunta sobre datos anecdóticos, le puedo añadir que se consumieron 350 kg de salchichas alemanas y 600 litros de cerveza alemana.
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Olaf Mulder soplando las velas del 40 aniversario de Mycsa en una tarta entregada por los trabajadores más veteranos de la compañía.

Ud. mismo comentaba en su discurso que esta fiesta aniversario se basaba en lo que ofrecían los emperadores romanos a su pueblo: “Pan y juegos”. Por las conversaciones que mantuvo durante y después del evento… de todo lo ofrecido a sus clientes en el día, ¿qué fue lo que más gustó?

Las demos son las que más comentarios han suscitado pero, lo que me ha llegado de muchos clientes es que se lo pasaron bien gracias a la gran variedad gastronómica y de entretenimiento, así que de todo un poco.
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Durante el evento, los cerca de 1.500 asistentes pudieron degustar comida y bebida originaria de diferentes partes del mundo.

También señalaba en su intervención que el crecimiento de Mycsa en estos más de 40 años se debe a tres factores: clientes, proveedores y empresa. Comencemos por lo primero, por los clientes, “nuestra razón de ser” como Ud. mismo decía. ¿Qué destacaría de todos ellos?

En cuanto a sectores, los clientes, junto con la oferta de maquinaria de Mycsa, se han ido moviendo desde la construcción hacia el reciclaje en general. Cabe destacar que en ambos sectores la clientela nos acompaña, en muchos casos, desde hace decenios, y eso dice mucho de la calidad de nuestros clientes y de la atención que les hemos podido brindar en todos los aspectos.

Precisamente, aprovecharon la fiesta aniversario para hacer varias entregas de maquinaria. ¿Destacaría alguna de ellas?

Sería injusto hacerlo. Estamos muy agradecidos a todos estos clientes no sólo por la confianza que han depositado en nuestros productos y en nuestra empresa sino también por el hecho de que varios de ellos han tenido que retrasar la recepción de sus equipos para que coincidiera con este evento.
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Mycsa aprovechó su fiesta del 40 aniversario para hacer varias entregas de maquinaria a clientes.

¿Ha cambiado mucho la relación con el cliente en todo este tiempo desde la creación de Mycsa? ¿Mantienen aún clientes de aquellos orígenes en 1977?

Efectivamente, mantenemos a unos cuantos, especialmente del sector de elevación pesada (alquiladores). En cuanto a si ha cambiado la forma de relacionarnos con ellos, sí, sin duda. Hace 35-40 años los clientes se visitaban por la noche cuando volvían a su domicilio particular. La mayoría eran autónomos sin estructura de empresa como tal, no existían los móviles para quedar en ruta, etc.
Hoy en día todo son empresas más o menos estructuradas y a nadie se le ocurre intentar vender o comprar una máquina a las 10 de la noche. Hemos ganado calidad de vida entre todos.

El segundo factor que destacaba era el de los proveedores. “Hemos tenido la suerte de poder trabajar con fabricantes de calidad, que se han mantenido fieles a Mycsa en todos estos años y que han crecido con nosotros”, decía. ¿Podría resumirnos con qué marcas trabaja a día de hoy Mycsa y qué destacaría de ellas?

Zepro, con el que más años llevamos trabajando (desde 1983), es un fabricante que, en un producto tan sencillo como son las trampillas elevadoras, destaca por su calidad, por encima de la media del mercado.
Sennebogen se ha convertido con los años de un taller más o menos grande, en el mayor fabricante de manipuladoras hidráulicas en el mundo, con una altísima especialización y una gama cada vez más amplia.
En cuanto a Tadano, no requiere de mucha presentación. En Europa es uno de los cuatro fabricantes locales (fabrica los modelos AT en la antigua fábrica de Faun en Alemania), y a nivel mundial es uno de los dos más grandes del sector.
Las demás marcas de trituración y reciclaje, Arjes, Zemmler, THM y Eschlböck, son todo empresas de tamaño familiar y con una alta especialización en sus sectores.
Y la última en llegar, Goldhofer, es una marca estrella en el transporte especial. Esperamos que de nuestra mano obtenga el protagonismo que ya tiene en otros países europeos.
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Las demostraciones de maquinaria volvieron a acaparar buena parte de la atención de los asistentes.

¿Tienen previsto seguir ampliando su catálogo a corto-medio plazo?

Sí, estamos actualmente negociando con varios fabricantes.

Los orígenes de Mycsa están en la representación de Palfinger (la asumió en 1978), pero desde hace unos años esta marca se comercializa a través de Palfinger Ibérica (aunque Ud. aún mantiene parte de las acciones). ¿Qué papel ha jugado la firma austriaca en la trayectoria de Mycsa?

Ha sido nuestro producto estrella durante 38 años y proporcionó el mayor crecimiento y recursos a la empresa. Lo único negativo en toda esta trayectoria y una buena razón, entre otras, para llegar al acuerdo que cerramos con la fábrica, es el hecho de que el sector de la construcción en España está sujeto a oscilaciones, como la caída del 95% que sufrimos durante años en la pasada crisis. Todos nuestros competidores de significancia terminaron con capitales negativos tremendos porque en principio esto es algo a lo que no se puede sobrevivir económicamente. Si siguen aquí en el mercado es porque son delegaciones y, a pesar de haber incurrido en causa de disolución, han sido sustentados por sus respectivas matrices. Un ‘seguro de vida’ que Mycsa no tenía ni tiene.
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El evento contó con varias exhibiciones de herri kilorak, que hicieron las delicias de todos los asistentes.

De todos los sectores en los que está presente Mycsa, ¿cuál tiene mayor peso a día de hoy en la facturación de la compañía? ¿Podría hacernos una breve valoración de la situación que atraviesan cada uno de ellos en España y de sus perspectivas de crecimiento?

El que más peso tiene en nuestras ventas es el reciclaje de todo tipo de materiales, desde férricos a basura y biomasa.
El sector del reciclaje de chatarra y asimilados es un sector maduro, con sus ciclos debido al precio del acero a nivel mundial pero no se esperan crecimientos espectaculares. Otra cosa es el sector de la basura y biomasa, donde esperamos crecimientos en los próximos años.

Y el tercer factor que Ud. destacaba era el de la empresa, especialmente sus trabajadores. “El valor real de una empresa lo conforma su capital humano”, decía. ¿Qué aspectos le gustaría destacar de todos ellos?

Somos extremadamente fieles con nuestros proveedores e intentamos serlo también con nuestro personal (no hemos despedido prácticamente a nadie en la pasada crisis a pesar de una bajada de ingresos del 85%). Pero también estoy seguro que el equipo humano le corresponde ampliamente a la empresa. La relación empresa-personal es muy distinta en una empresa familiar como la nuestra que en empresas de capital riesgo, que hablan mucho de sus políticas positivas de cara a los empleados pero luego no tiene el alma y sensación de familia que pueda tener la empresa familiar.
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Foto de familia con la plantilla de Mycsa.

¿Qué datos nos podría dar para conocer el tamaño alcanzado por Mycsa en estos más de cuarenta años (facturación, plantilla, etc.)?

Nuestro pico de facturación fue en 2007, como en tantas empresas ligadas a la construcción. En aquel año solo la parte comercial superó, de largo, los 200 millones de euros, más los talleres y otras empresas asociadas o participadas. Hoy en día y si sumamos la facturación del grupo Palfinger, volvemos a estar cerca de los 100 millones, con tendencia positiva. En cuanto al número de trabajadores, sólo en Mycsa tenemos en torno a 50 empleados, y en total, el grupo estará alrededor de 150 empleados.

La fiesta aniversario también sirvió para conocer cuál va a ser la ubicación de las nuevas instalaciones de Mycsa a partir del 2019. ¿Podría resumirnos cómo serán? Creo recordar que comentó que disfrutarán de un 50% más de naves y que las actuales instalaciones de Loeches pasarán a estar alquiladas a Palfinger Ibérica, ¿es así?

Efectivamente, es como comenta. Como parte del crecimiento ya mencionado, consideramos este traslado una buena oportunidad para unificar nuestras oficinas y talleres, en un emplazamiento clave, dentro de la Comunidad de Madrid, para nuestras actividades. Dispondremos de mayor capacidad para talleres y ganaremos en calidad, seguro.
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Levantamiento de piedra a cargo del especialista Joseba Ostolaza II y de su hija Udane Ostolaza.

Por cierto, en el evento también estuvieron presentes representantes de sus sucursales y empresas participadas en Mozambique, Marruecos, Sudáfrica y Zambia. ¿Cómo están desarrollándose en todos estos países? ¿Seguirán ampliando su cobertura internacional?

Mozambique se está desarrollando de forma positiva; Marruecos es un mercado estable para nosotros con buenas perspectivas como país; y Zambia y Sudáfrica tienen muchos problemas internos y nuestra actividad se ve afectada por ello. De momento queremos mejorar en estos dos últimos países antes de emprender más proyectos.

Su padre, el inolvidable Hans Mulder, fundó la empresa en 1977 y hoy buena parte del día a día de Mycsa lo dirige su hija Verena. ¿Qué destacaría de ella? ¿Qué supone para Mycsa mantener ese espíritu familiar? ¿Qué mantiene la empresa de la forma de ser y de trabajar de Hans Mulder?

La empresa mantiene todo el espíritu de los primeros 20 ó 30 años. Cambiarán algunos productos, algunos mercados, pero el éxito de una empresa familiar sin el respaldo de multinacionales es justo el ser más ágil, más amable en las relaciones internas, algo más rápido en las respuestas al mercado…
Verena es una gran suerte para la empresa. Hizo su formación y primeros trabajos fuera de ella y por tanto, aporta ideas y visiones nuevas. Y es una suerte, repito, que la siguiente generación esté en la empresa, le guste y que valga. Cuando en una empresa la siguiente generación no es la gestora correcta suele resultar en un desastre. La mala transferencia generacional es la mayor causa de desaparición de las empresas familiares y su mayor punto débil.
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Los asistentes pudieron cruzarse con varios animadores vestidos con los típicos trajes tiroleses.

Mirando ya hacia el futuro, ¿cómo cree o cómo le gustaría que evolucione Mycsa?

Pensamos crecer de forma controlada, sobre todo en el sector del reciclaje. Ahora mismo estamos buscando más técnicos para post-venta y queremos seguir siendo una buena solución para nuestros clientes. Sin serlo, no nos volverán a elegir como proveedor.

Ud. mismo nos convocaba a otra fiesta en diez años, la que será del 50 aniversario. ¿Cómo se imagina el mercado de maquinaria en 2027? ¿Cree que todo lo que se habla del Internet de las Cosas, la Automatización, la Telemática va a cambiar radicalmente este sector?

Me temo que sí, y digo que lo temo porque se perderá, y ya se está perdiendo, algo de la importancia de las personas. Si los procesos se pueden llegar a automatizar hasta los límites que nos predicen, las personas casi sobraremos. Eso sí, no creo que se pueda llegar a automatizar la atención post-venta y otros aspectos de nuestra actividad.
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La fiesta del 40 aniversario de Mycsa terminó con el reparto de 1.000 raciones de paella valenciana.
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