La entidad financiera ha presentado el informe anual de resultados del pasado año, en el que Bankia registró un beneficio neto de 816 millones, un 1,4 por ciento más que en 2016. además, mantiene el dividendo en 11,024 céntimos por acción. Su solvencia continúa mejorando.
Bankia obtuvo un beneficio neto atribuido de 816 millones de euros en 2017, lo que supone un incremento del 1,4 por ciento respecto al ejercicio anterior, gracias a la progresiva estabilización del margen bruto derivada del mayor impulso comercial, al mantenimiento de los gastos y al control del coste del riesgo, según ha informado este lunes la entidad.
Una vez incorporado BMN y contabilizados los ajustes puntuales derivados de la fusión, que ascienden a 312 millones de euros, el beneficio se sitúa en 505 millones, un 37,3 por ciento menos que en 2016.
"Lo que nos falta ahora es lo más difícil: hacer la integración tecnológica y llevar a cabo el proceso de crecimiento y desarrollo de la nueva franquicia", ha señalado José Sevilla, consejero delegado de Bankia.
Con este incremento del beneficio (en términos homogéneos) y los holgados niveles de solvencia, el consejo de administración ha propuesto mantener el dividendo en 11,024 céntimos por acción, lo que eleva la retribución anual a accionistas a 340 millones de euros y el 'pay-out' al 41,7 por ciento.
Con la participación actual del 61 por ciento que el FROB tiene de Bankia, este dividendo supondrá un nuevo avance del proceso de devolución de las ayudas por importe de 207 millones de euros.
El total de las ayudas reintegradas ascenderá así a 2.863 millones El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, ha destacado que 2017 ha sido un ejercicio "muy importante" para Bankia porque ha terminado el plan de reestructuración, ha ejecutado la fusión con BMN y ha avanzado en el proceso de privatización.
"Y, al tiempo, hemos conseguido aumentar nuestros beneficios, hasta 816 millones de euros, apoyados en un fuerte dinamismo comercial, en una mayor satisfacción de nuestros clientes y en una mejora constante de la calidad de nuestro balance", ha afirmado.
"Nuestra idea es, a partir del 1 de abril, eximir de todas las comisiones a los clientes que tengan todos los ingresos domiciliados vengan de la entidad que vengan", ha añadido José Sevilla.
El presidente de Bankia ha señalado además que, por cuarto año consecutivo, la entidad incrementa el importe destinado a dividendos para sus accionistas y sigue así avanzando en la devolución de ayudas a los contribuyentes.
El margen de intereses se situó en 1.943 millones de euros, lo que supone un descenso del 9,6 por ciento en un ejercicio caracterizado por los tipos de interés en negativo, que provocaron nuevas repreciaciones a la baja de la cartera hipotecaria y un descenso del rendimiento de los bonos de la Sareb.
No obstante, en el último trimestre la entidad observó un incremento del margen de clientes hasta el 1,55 por ciento, derivado del aumento del tipo medio al que se concedieron los créditos y del descenso del coste de los nuevos depósitos.
El margen bruto, por su parte, se situó en 3.027 millones de euros, un 4,4 por ciento inferior al del ejercicio anterior. Mientras, Bankia mantuvo los gastos de explotación estables en términos comparables y la ratio de eficiencia quedó en el 51,2 por ciento, frente al 55,6 por ciento de media del sector (según los últimos datos disponibles, entre septiembre de 2016 y septiembre de 2017).
Otro elemento que contribuyó a elevar la cuenta de resultados, según ha explicado la entidad, fue la mejora de la calidad del balance, que permitió reducir el saldo de créditos dudosos y de activos adjudicados y, al tiempo, rebajar un 9,4 por ciento la dotación a provisiones, hasta 448 millones de euros. El coste de riesgo (volumen de provisiones sobre crédito) disminuyó en el año del 0,24 por ciento al 0,23 por ciento.
Asimismo, el saldo de riesgos dudosos de Bankia registró el año pasado una nueva caída, de 1.736 millones de euros, hasta situarse en 9.740 millones, al tiempo que los activos adjudicados en valor neto contable descendieron en 326 millones, hasta 1.925 millones.
No obstante, tras la integración de BMN, los dudosos quedan en 12.117 millones y los adjudicados netos, en 3.399 millones. La tasa de cobertura de ambas entidades, una vez aplicada la nueva normativa IFRS9, se eleva al 56,5 por ciento. La reducción de los activos adjudicados se produjo después de vender 8.430 inmuebles, lo que representa el 20,2 por ciento del stock existente.
Asimismo, el grupo cerró el año con una tasa de morosidad del 8,9 por ciento, lo que supone casi un punto por debajo de 2016. Excluido BMN, la mora se sitúa en el 8,5 por ciento (1,3 puntos menos que un año antes).
La solvencia sigue mejorando
En términos de solvencia, Bankia (ya integrado BMN) cerró el año pasado con una ratio de capital ordinario (CET1) 'fully loaded', es decir, anticipando los futuros requerimientos de Basilea III que serán de aplicación en 2019, del 12,33 por ciento, sin incluir las plusvalías soberanas latentes de la cartera DPV, tras reducirse en 250 puntos básicos por los costes de fusión. Esta cifra está por encima del 12 por ciento estimado cuando se anunció la integración.
Bajo la métrica 'phase in', que es la exigida desde un punto de vista regulatorio, y computando las plusvalías latentes de la cartera DPV, la ratio de capital CET1 se sitúa en el 14,15 por ciento. El exceso de capital sobre los requerimientos regulatorios SREP para 2018 es de 559 puntos básicos.
En términos de liquidez, Bankia (ya unido el balance con el de BMN) consiguió cerrar el pasado ejercicio con una ratio de créditos sobre depósitos del 93,9 por ciento, al tiempo que el gap comercial se situó en 472 millones, lo que evidencia, según ha destacado la entidad, su "cómoda posición de liquidez".
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