01 diciembre 2022

Un mal estado de la boca afecta a la salud emocional y condiciona las relaciones sociales

 Sermade subraya que estética y funcionalidad son dos caras de una misma moneda, que fomentan un envejecimiento saludable y previene situaciones de dependencia

La prevención es la mejor arma para luchar contra los principales problemas bucodentales: visitas periódicas al odontólogo y una correcta higiene oral


 U
na persona con problemas bucodentales puede desarrollar trastornos psicológicos, porque una boca en mal estado condiciona las relaciones sociales. “Además de afectar a la funcionalidad de la cavidad oral, puede provocar rechazo en la pareja, la familia, los amigos o los compañeros de trabajo y, por tanto, afectar a la salud emocional de las personas”, destaca el doctor Luciano Bermejo, odontólogo de Sermade, clínica odontológica móvil especializada en la atención bucodental de las personas mayores que viven en residencias.

 

Pérdida de piezas dentales, halitosis, falta de higiene o manchas en los dientes son algunos de los problemas bucodentales que llevan a las personas a perder la confianza en sí mismas, lo que puede derivar en inseguridad, vergüenza, una baja autoestima y, en los casos más graves, ansiedad y depresión. “La persona con un mal estado general de la boca no va a sonreír e intentará ocultarlo, evitando mantener conversaciones o comer en compañía”, detalla el doctor Bermejo.

 

En las residencias de personas mayores, las relaciones interpersonales tienen especial importancia, porque estimulan su participación en las actividades propuestas y fomentan su autonomía mediante un envejecimiento saludable y, por consiguiente, previene situaciones de dependencia. De ahí la necesidad de prestar una atención especial a la salud bucodental de las personas mayores, que les permita alimentarse correctamente y relacionarse con su entorno.

 

Cuando estética y funcionalidad van de la mano


El doctor Bermejo subraya que las personas no afrontan de la misma manera la pérdida de un diente anterior que de un diente posterior: “El paciente tiende a pensar que la falta de piezas posteriores, que no representa una pérdida de estética, no tiene importancia. Sin embargo, sí influye en la mecánica y funcionalidad de la cavidad oral”. De hecho, puede impedir a la persona masticar de forma correcta y, como consecuencia, alimentarse de manera adecuada.

 

En cuanto a la pérdida de dientes anteriores, se suma la cuestión estética que, además, limita las relaciones sociales de las personas. Por tanto, la falta de cualquier pieza dental supone una disminución del bienestar y la calidad de vida de las personas. “Estética y funcionalidad son dos caras de una misma moneda”, apunta el doctor Bermejo.

 

Por otra parte, la halitosis o mal aliento es un problema que genera rechazo en los demás y hace que quien la sufre evite el contacto estrecho con otras personas.

La falta de higiene o manchas en los dientes también supone un problema de salud que repercute en la imagen de las personas, sobre todo cuando no se pone remedio a la acumulación de restos de comida o placa bacteriana.

 

Cómo resolverlo


La prevención es la mejor arma para luchar contra los principales problemas bucodentales. Además de visitas periódicas al odontólogo, una correcta higiene oral es fundamental. Cuando la falta de higiene o las manchas en los dientes son persistentes y no pueden eliminarse con un buen cepillado, la mejor alternativa será una limpieza bucal o un tratamiento de blanqueamiento dental. Respecto a la halitosis, es importante llevar una dieta sana y equilibrada, evitando el consumo excesivo de bebidas como el té o el café y desechando  el tabaco y el alcohol; vigilar la presencia de heridas en la boca, que pudiera desencadenar el mal aliento; y estar alerta ante la existencia de algún problema digestivo.

 

“En cuanto a las piezas dentales perdidas, existen multitud de técnicas que permiten recuperar de forma sencilla la estética y funcionalidad de la cavidad oral”, asegura el doctor Bermejo. Y las resume en las siguientes:


1.       Aparatología removible. Prótesis dentales que permiten recuperar la capacidad de fonación, masticación y las relaciones sociales.

2.       Reposición fija de las piezas perdidas, mediante el uso de implantes o las propias piezas dentales de la persona.

 

“Cada paciente es único y el tratamiento debe adaptarse a sus necesidades. No podemos pensar en un tratamiento estandarizado. Por ello, recomendamos pedir una cita al dentista para que pueda solucionar cada caso concreto”, concluye el doctor Bermejo de Sermade.  


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