En España, según un informe realizado por la Secretaría General de Salud Digital, Información e Innovación del Sistema Nacional de Salud de España, más de un 33 por ciento de pacientes que están actualmente esperando una intervención lleva más de seis meses, lo que conlleva una media por encima de 170 días.
En este sentido, en algunas Comunidades Autónomas, la situación se agrava y puede incluir superar el año de espera. Según los expertos, si se aumentase la actividad de los quirófanos en un 20 por ciento, todavía tardaríamos una media de 45 semanas en recuperar la actividad perdida durante el pico de la pandemia. Y es que, durante el pico de las 12 semanas iniciales de pandemia, se cancelaron más de 28 millones de operaciones en el mundo, lo que supone una ratio del 72 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior.
El parón en la actividad quirúrgica -salvo para los casos más urgentes- que sufrieron los hospitales durante la pandemia del coronavirus preocupa a los médicos.
Se trata de datos que ponen de manifiesto el 'abandono' que sufren pacientes con otros problemas de salud y que necesitan ser operados lo antes posible, como ocurre con los enfermos oncológicos, entre algunas de las patologías más graves y con urgencia de cirugía.
La rápida propagación de la Covid-19 durante los últimos meses en todo el territorio nacional y el elevado número de casos con necesidad de ingreso en las plantas de hospitalización, ha obligado a muchos hospitales a redistribuir los recursos para atender de forma inmediata a los pacientes más graves infectados por el virus.
Las listas de espera para intervenciones quirúrgicas ha crecido de manera imparable. Con la tercera ola del coronavirus, los profesionales temen lo peor: "Se prevé que la curva ascienda y se colapsen de nuevo los hospitales. Esta tercera ola tiene pinta de parecerse a la primera de marzo.
Los contagios siguen ascendiendo y en unas semanas habrá que cancelar operaciones quirúrgicas", explica con preocupación Javier García Fernández, presidente de la Sociedad Española de Anestesiología, Reanimación y Terapéutica del Dolor y jefe del Servicio de Anestesia y de Cuidados Críticos del Hospital Puerta de Hierro de Majadahonda en Madrid.
Estos preocupantes datos han generado incertidumbre entre los profesionales de la salud dentro de los quirófanos. Además, por la parte que respecta a los pacientes, existe otro problema añadido y es el miedo de contagiarse de la COVID-19 durante una intervención quirúrgica.
En este sentido, algunos enfermos han llegado a ver con cierta preocupación el hecho de intervenirse bajo estas circunstancias. Incluso algunos de ellos, han preferido retrasar algunas operaciones no tan prioritarias, a pesar de poder sufrir un deterioro de su salud con dicha postergación.
Desde los hospitales intentan tranquilizar a los pacientes que deben pasar por el quirófano. Y para ello, se han creado circuitos independientes para separar a los pacientes Covid, de los que no presentan la infección activa.A pesar de todo y de las circunstancias, los pacientes oncológicos fueron atendidos para no comprometer su vida. Pero las cirugías de muchos de ellos tuvieron que ser aplazadas con graves consecuencias para su salud.
“Los pacientes oncológicos a los que se les retrasa su cirugía cuatro semanas presentan un incremento de la mortalidad de alrededor un 10 por ciento. Riesgo que sigue aumentando de forma acumulativa cuanto más tiempo tarde en comenzar su tratamiento”, confirma el experto.
Por esta razón, García Fernández inisite en la importancia de poner "al mismo nivel a los pacientes Covid y no Covid". Para ello, desde la Asociación Española de Cirujanos (AEC) y la Sociedad Española de Anestesiología, Reanimación y Terapéutica del Dolor (SEDAR) han puesto en marcha la campaña de concienciación Os Cuidamos.
El objetivo es concienciar y explicar las medidas tomadas en los hospitales a la población general y demostrar que los quirófanos son espacios seguros. "El problema es que la Covid capta toda la atención y al final va calando en la mentalidad de todo el mundo.
Todos los recursos de los hospitales se destinan a combatir el virus. Y hay que ser realistas, no existe un tratamiento que cure la Covid. Este bicho a quien engancha y quere matar, lo mata", subraya García Fernández. Sin embargo, añade, si un enfermo de cáncer tiene un diagnóstico precoz y se le opera, puede recuperarse sin problema: "Se trata de una campaña reivindicativa para dar recursos a otro tipo de pacientes".
Protocolo guía para garantizar la seguridad de los pacientes
Para asegurar la seguridad de los quirófanos y seguir avanzando en toda la actividad programada, ambas sociedades han creado este protocolo de seguridad en los mismos, teniendo en cuenta el escenario específico del hospital, la epidemiología del área, el riesgo del paciente y del procedimiento. Las principales medidas que se recogen en el documento son:
- Reducción del número de consultas presenciales prequirúrgicas mediante la potenciación de consultas telemáticas.
- Inclusión de expertos en Covid-19 en la comisión quirúrgica de cada hospital. Estos expertos comprobarán la idoneidad de la indicación en cada paciente, la verificación del estatus Covid-19 de dicha persona que se va a operar y la disponibilidad de recursos materiales y humanos para cada intervención quirúrgica.
- Identificación de un circuito independiente para cirugía programada en un entorno libre de COVID-19. De esta forma, se evita la infección entre pacientes, de pacientes a profesionales sanitarios y viceversa.
- Cirugía programada por un equipo que mantiene de forma estricta las normas de seguridad para evitar contagios. Reorganización de la actividad de profesionales para la atención perioperatoria.
- Vigilancia activa y separación del circuito de cirugía. Aislamiento de aquellos pacientes que desarrollen síntomas o signos compatibles con COVID-19.
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