La crisis que ha arrastrado el coronavirus en todo el mundo ha provocado un duro golpe en la economía. Miles de personas han perdido su trabajo y los autónomos han tenido que reinventarse para no echar el cierre a sus negocios. Uno de los sectores más castigados por la pandemia y que se ha visto obligado a cambiar la forma de desarrollar su trabajo ha sido el de los mercados municipales. Aunque el cierre no fue efectivo a lo largo del confinamiento, la ausencia de clientes desde que comenzó el estado de alarma les ha obligado a ponerse al día en nuevas tecnologías, digitalizándose y pasando al bando on line para salir adelante.
Con la intención de atraer un mayor número de personas a este tipo de establecimientos y reactivar su economía, la Comunidad de Madrid ha comenzado a otorgar el distintivo Garantía Madrid. Dicho reconocimiento es un certificado a aquellos negocios que poseen las medidas preventivas recomendadas, todas regidas por las autoridades sanitarias para garantizar la protección frente al Covid-19 tanto de sus empleados como de sus clientes presenciales.
Fuentes del Consistorio apuntan que para que un mercado posea el sello debe de contar con varias exigencias: la señalización pertinente, tener un control de aforo, cumplir con las medidas de seguridad, proporcionar gel hidroalcohólico al cliente y garantizar que el producto que están vendiendo ha sufrido un proceso seguro desde su recolección hasta su venta en el mercado.
El certificado ha sido solicitado por los 45 mercados municipales que se ubican en la ciudad, sin embargo, hasta el momento solo son nueve los que cuentan con el distintivo. Estos son el Mercado de Arguelles, Barceló, San Antón, Las Ventas, Numancia, San Enrique, San Isidro, Santa María de la Cabeza y Usera. Fuentes municipales confirman que la cifra continuará aumentando y hacen hincapié en el esfuerzo de los trabajadores de los mercados, pues son ellos los que acarrean los gastos que implica la adaptación de las medidas de seguridad.
Mercado de las Ventas
Para que la Comunidad de Madrid otorgue el visto bueno al negocio y pueda contar con el sello de Garantía Madrid primero el mercado tiene que adjuntar el plan de limpieza y los productos virucidas usados con la certificación, así como el documento enviado a los comerciantes con las medidas que deben adoptar. No deben faltar las fotografías con las indicaciones y recomendaciones que deben seguir los clientes. Si todo resulta correcto y cumple las normas, los técnicos de la Comunidad emiten el sello que podrán exhibir en los establecimientos.
Valentín regenta una frutería en el Mercado de las Ventas, uno de los que cuentan con el distintivo. Señala a Madridiario su confianza en que el certificado ayude a conocer los mercados municipales y atraiga a compradores, así como aumente la concienciación de que existe sobre el consumo del género fresco. El comerciante señala que actualmente apenas llegan clientes al mercado, principalmente como consecuencia del mes del año en que nos encontramos, pero también motivado por la pandemia: “Durante la segunda quincena de julio y la primera de agosto no suele haber nadie en el mercado, pero los fines de semana hay más trasiego. En este caso, los findes son más flojos porque la gente si puede se va fuera de la capital a teletrabajar”.
El frutero, que regenta la fruteria que su padre fundó hace ya más de cincuenta años, añade que la poca presencia de clientes no cree que se deba por el miedo al virus y reconoce que cumplen con las recomendaciones santarias: "Suelen mantener la distancia de seguridad y cumplir las medidas impuestas por el Gobierno". Además, para minimizar los posibles riesgos de contagio, no está permitido que los clientes toquen la fruta y son los tenderos los encargados de manipularla. Sin embargo, señala que en Mercamadrid, donde compra todos sus productos, no existe ningún protocolo establecido más allá del uso de mascarillas y guantes. "Son las medidas higiénicas que usamos en cualquier lado. La fruta viene en cajas y solo la manipulamos con guantes al llegar a nuestros puestos", afirma Valentín.
En cuanto al futuro del negocio, Valentín reconoce un cambio de enfoque hacia la venta on line. Aunque antes del confinamiento ya lo desarrollaba de forma habitual, asegura que durante los meses en los que no se podía salir a la calle el servicio a domicilio se multiplicó por cinco. “Al mercado no bajaba nadie, pero todo el mundo quería que se lo lleváramos a casa. Es una cuestión de comodidad”, apunta.
El frutero añade además que los comerciantes están contemplando la creación de una Cámara Común de Mercados para facilitar al cliente la compra vía internet. Aunque a día de hoy son 37 los mercados municipales que envían la compra a cada hogar a diario, cuando se decretó el estado de alarma y la obligación de confinarse en casa solo seis de los 45 espacios ofrecían el servicio de reparto a domicilio. La crisis del Covid-19 ha generado, por la necesidad urgente de abastecer a la población, una digitalización exprés de dichos mercados municipales y desde el Consistorio han previsto una ayuda de dos millones de euros para la transformación digital de dichos comercios.
Además de las ventas, que se realizan con el servicio a domicilio del propio mercado, Daniel, empleado de la carnicería Lameiro, situada en el Mercado de San Antón, añade que muchas de esas ventas se realizan gracias a empresas de reparto como Glovo, que también desplazan el género al domicilio de sus clientes.
En este puesto -que funciona solo con la venta de la carne de su propia ganaderia- comentan que, aunque al principio del confinamiento subieron mucho las ventas, llegando a producirse "compras compulsivas" por parte de los clientes, al pasar los días estos se relajaron y ha sido gracias al comercio en línea por lo que han podido seguir trabajando.
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