A quien haya leído la mejor obra de Oscar Wilde “La
importancia de llamarse Ernesto”, se puede imaginar el paralelismo con lo
vivido por esos jóvenes sanfernandinos que tenían ilusión en comprar una
vivienda en su pueblo y les robaron sus ilusiones, su proyecto de futuro y se quedaron con sus 12.480 euros, se sienten
estafados.
Para los que conozcan la obra, Ernesto no existe y la
traducción tendría que ser: La importancia de ser honesto, los jóvenes
sanfernandinos confiaron en el honesto
Ernesto, dieron su dinero cuando la sociedad Plaza de España San Fernando SL
estaba sin liquidez, con impagados de 12 millones de euros y nuestros gobernantes utilizaron ese
dinero para pagar a Bankia, ingresarlo en las cuentas de la EMS y para los realojos de algunos propietarios que hoy han
recibido grandes indemnizaciones.
En el pleno extraordinario se dice que hay jurisprudencia que impide
devolverles a esos jóvenes su dinero, el alcalde Javier Corpa afirma que se
sintió engañado al asistir a ese sorteo de viviendas, pero los que se sienten
engañados y estafados son esos jóvenes sanfernandinos.
Existen más de 50 sentencias de los socios privados de PESF en las
que se señala la responsabilidad del Ayuntamiento en todo lo referente a esa
sociedad, un Ayuntamiento que se convirtió en empresario y lo perdió todo, por
eso es justo que a esos vecinos se les devuelva su dinero porque hay jurisprudencia de sobra,
y será un gran acto de justicia si Ernesto Corpa, Ernesto Hontecillas, Ernesto
Serrano, Ernesto Rodriguez, Ernesto Díaz, Ernesto Fernández, Ernesto Algaba y
Ernesto Sánchez, acuerdan restituir lo que es una gran injusticia, la
injusticia de los pobres.
Dar solución a este problema será un acto de grandeza
y un orgullo para todos los sanfernandinos.
Denegadas las alegaciones a los Presupuestos 2020 (Primera parte).
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