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La guerra de las basuras: freno a la ampliación del vertedero de Pinto 10 días después de aprobarse

La nueva presidenta de la Mancomunidad del Sur, Sara Hernández, rechaza que crezca esta instalación, la segunda mayor de Madrid


La gestión de las basuras de los madrileños llevan días en el ojo del huracán. Primero fueron los residuos de una treintena de municipios del este, cuyo vertedero quedó oficialmente colmatado el pasado lunes; los 700.000 vecinos afectados están pendientes de una negociación con la capital para ver si sus desperdicios terminan en Valdemingómez. Ahora le toca el turno al de Pinto, el segundo vertedero más grande de la región, y al que hace diez días se le aprobó una ampliación que supondría elevar la montaña de basura hasta más de 650 metros de altura. Pero este plan se frena: la presidenta de la Mancomunidad del Sur, la socialista Sara Hernández, alcaldesa de Getafe, anuncia a ABC que no ve necesaria esa ampliación: «Hay alternativas».
Las dos «guerras de la basura» se mantienen en frentes geográficamente casi opuestos: la primera de ellas tiene su epicentro en el vertedero de Pinto, al que van a parar los residuos urbanos de los más de 70 municipios -con casi dos millones de personas- que componen la Mancomunidad del Sur. Hace diez días, el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid publicaba la resolución que daba luz verde a la declaración de impacto ambiental del proyecto, presentado por la Mancomunidad, para ampliar este vertedero. Pero la entidad supramunicipal ha cambiado de presidente este mes: ahora ocupa el cargo Sara Hernández, alcaldesa socialista de Getafe, que no ve necesaria esta ampliación.

Alcaldes en contra

Los alcaldes del PSOE en esta Mancomunidad han manifestado en varias ocasiones su oposición a esta fórmula. Lo hicieron recientemente el de Pinto, el de Fuenlabrada, y también antes la propia regidora de Getafe. Ahora, desde la presidencia de la Mancomunidad del Sur, Sara Hernández mantiene su oposición a ampliar esta instalación: «Hay otras alternativas; no es necesario hacer esa nueva fase; es continuar enterrando la basura».
También Ecologistas en Acción se oponen a que el vertedero de Pinto crezca: causará «malos olores y escapes de líquidos tóxicos». Reclaman la nueva planta de tratamiento de lixiviados, «de la que no se sabe fecha de construcción ni puesta en funcionamiento».
En el fondo, subyacen de nuevo las diferencias políticas entre socialistas y populares por el modelo a seguir en la gestión de residuos. De hecho, Hernández sospecha que «ha habido razones políticas» en el hecho de que se aprobara la declaración de impacto ambiental de esta ampliación el mismo día que ella era elegida presidenta de la Mancomunidad.
Hernández critica que BioPinto, la planta de biometanización y compostaje de la localidad, «sólo tiene capacidad para tratar 150.000 toneladas, cuando al vertedero llegan 800.000; no funciona correctamente». Apuesta por otros modos de gestión, y por eso está en desacuerdo con la Estrategia que aprobó la Comunidad. Denuncia que, en su opinión, la Comunidad de Madrid «le deja la patata caliente a las Mancomunidades» en el tema de los residuos.
Pero desde la consejería de Medio Ambiente despejan ese argumento: las competencias en la gestión de residuos urbanos son exclusivamente de los municipios o las mancomunidades en que se agrupen. Y en cuanto a la ampliación del vertedero de Pinto, insisten en que «la Comunidad ha aprobado la Declaración de Impacto ambiental, un trámite preceptivo para poder seguir adelante con el proyecto, pero es la mancomunidad la que decidirá si ampliarlo o no».
La Ley de Bases de Régimen Local hace referencia clara a las competencias municipales en materia de gestión de los residuos en varios de sus artículos. La Estrategia de Gestión Sostenible de los Residuos de la Comunidad de Madrid 2017- 2024, por su parte, se ha elaborado «en el marco de los artículos 12.4 y 14.2 de la Ley 22/2011, que atribuye a las comunidades autónomas la obligación de elaborar los programas autonómicos de prevención y de gestión de residuos». En el Gobierno regional lo tienen claro: esta es una competencia estrictamente municipal. Sara Hernández introduce un matiz: «Las decisiones las toma la Comunidad, porque la competencia de fijar la estrategia es de ellos; los ayuntamientos solo gestionamos».

Segundo frente

El segundo frente abierto es el de la Mancomunidad del Este, que intenta alcanzar un acuerdo con el Ayuntamiento de Madrid para poder llevar sus basuras -200.000 toneladas al año- a Valdemingómez durante aproximadamente el próximo año, hasta que en el verano de 2020 esté listo su nuevo vertedero en Loeches.
La paradoja aquí es que el alcalde socialista de Alcalá, Javier Rodríguez, presidente de la Mancomunidad del Este, defiende esta fórmula mientras en Madrid, el portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de la capital, Pepu Hernández, se manifiesta en contra de ella, como los vecinos de los barrios próximos. Claro que no ha sido ésta la única tensión política: también la vicealcaldesa madrileña Begoña Villacís (Cs) mostró en público reticencias al posible pacto para llevar las basuras del este a Valdemingómez, mientras el alcalde Martínez-Almeida (PP) abría, también en público, la posibilidad de ese acuerdo.
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