Una joya de nuestra fauna: el “musgaño enano”, una perla de la que habitualmente ningún programa o reportaje de naturaleza se ocupa (no tengo muy claro si esto es así porque su propio tamaño le hace “pequeño” o es simple desconocimiento del particular).
La musarañita o “musgaño enano”, Suncus etruscus, se encuentra entre los mamíferos más pequeños que existen en el mundo y ocupa el primer puesto de esa clasificación entre los que an la Península Ibérica.
De adulto pesa muy poco —de 1,8 a 3 gramos— y mide entre 3,5 y 5 centímetros (sin contar la cola). Aunque a primera vista a alguno de ustedes les pueda parecer un ratoncillo, no tiene absolutamente nada que ver con ellos; entre otros detalles morfológicos, la forma del hocico les diferencia perfectamente. Este pequeño mamífero, de la familia de las musarañas (Soricidae), es un temible y nervioso depredador de pequeños invertebrados.
Aunque parece una especie escasa, porque se ve poco, estoy seguro que no es tan rara como en principio puede aparentar, lo que sucede es que, además de ser tan pequeña, es nocturna y se deja ver poco; siempre anda por ahí medio escondida para que no la atrape ninguno de sus sigilosos depredadores: aves como la lechuza y las demás rapaces nocturnas, por ejemplo. Yo no la suelo ver, salvo algún ejemplar muerto que puedes avistar en alguna arqueta o en las carreteras o caminos, aunque también eso es infrecuente. La foto que adjunto es del 7 de marzo pasado, de un ejemplar que pude fotografiar de milagro porque empezó a corretear por la hierba y enseguida se ocultó; quedó al descubierto cuando levanté un gran trozo de corteza desprendida de un enorme álamo blanco seco —también adjuntamos imagen de ese tronco y el ecosistema— en el Soto de Aldovea, en el tramo final del río Henares, poco antes de desembocar en el Jarama, en el término municipal de San Fernando de Henares.
Esperemos que esta pequeña maravilla de la naturaleza sea vecina nuestra durante mucho tiempo. Para que esto suceda, debemos mantener nuestros ecosistemas libres de contaminación pero también es básico reservarles “su espacio”; la pérdida de hábitat es uno de los mayores problemas medioambientales que se nos presentan hoy día y si eso es ya grave de por sí hablando “en general”, en las zonas periurbanas resulta ser un asunto crucial que debería determinar todas las planificaciones para hacer compatibles desarrollo y protección del medio ambiente.
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