El conflicto por la basura que se deposita a diario en el vertedero de Alcalá de Henares por fin tiene solución... aunque sólo hasta después de las elecciones municipales y autonómicas de mayo. Tras meses de intentos infructuosos, la Comunidad de Madrid ha encontrado una vía para prolongar la vida útil del lugar a donde llegan los desechos de 700.000 hogares en el entorno de la A-2 por lo menos durante los meses de verano.
El problema volverá a aflorar entonces porque la construcción de la planta de tratamiento del municipio de Loeches que sustituirá a esta infraestructura a punto de colmatar no estará terminada hasta mediados de 2020. En términos políticos, sin embargo, eso ya será competencia del Gobierno regional y de los ayuntamientos que se conformen tras la cita con las urnas.
Traducido a un lenguaje apto para profanos, la solución técnica que ha encontrado la Consejería de Medio Ambiente ha sido recalcular la altura de basura máxima que se puede acumular en el vertedero de Alcalá para considerar que está completamente lleno. Esa cota se había establecido en 634 metros de altura, incluido el sellado del vaso cuando vaya a quedar inutilizado.
Ahora, sin embargo, se ha sacado de la ecuación el volumen de tierra para la cubrición de esos 634 metros de desechos. «Esta diferencia de criterio supone que el volumen que se ha descontado en estos cálculos para emplear el sellado debe ser considerado capacidad disponible en el vertedero para depositar residuos», explica el director general de Medio Ambiente y Sostenibilidad, Luis del Olmo, en una carta enviada a Javier Rodríguez, alcalde de la ciudad complutense y presidente de la Mancomunidad del Este, formada por los 31 municipios del Corredor del Henares que llevan su basura allí.
Ahora la Comunidad de Madrid y la propia Mancomunidad del Este tendrán que determinar «de manera conjunta en función de parámetros técnicos» la nueva fecha de la vida útil del vertedero, que en principio terminaba a finales de abril. A falta de concreción de la misma, la horquilla podría moverse entre el mes de agosto y el de octubre, según las posiciones que mantienen en uno y otro organismo.
Para el alcalde de Alcalá la decisión adoptada en el Gobierno regional es una «triquiñuela» porque considera que sólo aporta una «solución temporal» a un problema que requiere de respuesta hasta mediados del año que viene. «Estamos absolutamente en contra», subraya Rodríguez.
Por su parte, el consejero de Medio Ambiente, Carlos Izquierdo, recuerda que «la gestión de los residuos domésticos es municipal» y que, por tanto, corresponde a la Mancomunidad del Este hallar la fórmula para el decalaje entre el fin de la vida útil de este vertedero y la inauguración de la planta de tratamiento de Loeches. Aun así, asegura que su equipo dará «soporte» para ayudar a encontrar una alternativa.
Tanto la Mancomunidad del Este como la Comunidad de Madrid han solicitado al Ayuntamiento de la capital poder verter los desechos de los municipios del Henares en Valdemingómez durante unos meses, pero el Gobierno de Manuela Carmena ha rechazado esta opción porque no quiere «añadir más penosidad» a los vecinos de Vallecas. Otra opción sería la de trasladarlos a las instalaciones de la Mancomunidad del Sur, en Pinto, aunque a priori allí también se oponen a esta posibilidad.
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