Son mayoría en la población y están mejor formadas, pero sufren más el desempleo, la precariedad y la desigualdad salarial. La radiografía de la mujer en Madrid arroja cifras que no son nuevas, pero que ponen una vez más de manifiesto los motivos por los que saldrán a la calle el próximo 8 de marzo a apoyar una huelga feminista sin precedentes.
Un informe sobre la situación socio-laboral de las trabajadoras madrileñas, presentado este lunes por el secretario general de CCOO Madrid, Jaime Cedrún, y la secretaria de Mujeres del sindicato, Pilar Morales, como previa a la celebración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, pone de manifiesto que la situación del empleo en las mujeres sigue siendo muy negativa pese a las leves mejorasproducidas la última década.
A pesar de que las madrileñas son más numerosas entre la población en edad de trabajar (110.726 más), en población activa continúan estando por debajo (48,9%). Sufren más paro que los hombres (14,5%, frente al 13% masculino) y de las241.000 desempleadas que hay en la región, la mitad de ellas lleva más de un año sin trabajar y el 70%, más de dos años.
Además, las trabajadoras de la región cobran de media un 25% menos (5.844 euros) que los hombres. Una brecha que afecta más a los salarios bajos, al sector de los servicios y a las mujeres con contrato indefinido, y que tiene una gran repercusión en las pensiones.
"El empresariado tiene que entender que las mujeres son una inversión, no un problema. Pero las cosas no van a mejorar si no se cambian las políticas. La del día 8 es una huelga fundamental, diferente, histórica, aunque nosotros llevamos peleando desde la fundación del sindicato por el fin de las desigualdades", apunta Morales.
Los años de la crisis dieron un pequeño balón de oxígeno a las mujeres madrileñas. Entonces, la destrucción de empleo tuvo una mayor incidencia en ellos, y ellas se incorporaron más al mercado laboral. La brecha se redujo, incluso llegando a ser en algunos trimestres negativa, pero el panorama actual vuelve a poner en realce que tienen menos oportunidades. En los últimos tres años, esa brecha no ha parado de crecer y hoy, el paro en Madrid, tiene cara de mujer.
De hecho, el desempleo se redujo cuatro veces más en los hombres durante el año 2017, que finalizó con 466.500 desempleados, de los que 241.300 son mujeres (51,73%) y 225.200 hombres (48,27%). Y la tasa de actividad de las mujeres es casi 10 puntos inferior a la de los hombres. Una brecha que crece a partir de los 34 años, cuando muchas mujeres pasan a dedicarse en exclusiva a las labores domésticas o al cuidado de los hijos o personas dependientes.
Una tarea a la que aún le queda un largo camino para la igualdad, pues el 90,5% de las excedencias para el cuidado de hijos en 2016 las solicitaron madres -en 2007 era del 97%-, así como el 85% de los permisos por cuidado de familiares. Y sólo el 2,16% de los padres solicitaron el permiso de paternidad, apunta el informe presentado por el sindicato.
También, las trabajadoras madrileñas sufren el doble las jornadas parciales y aunque los niveles de temporalidad son similares entre hombres y mujeres, en el sector público es superior en el caso de ellas (21%).
Las mujeres madrileñas activas tienen niveles de formación altos y superan a los hombres en número entre los titulados universitarios, según el informe de CCOO. Pero lejos de ser una ventaja, el mercado de trabajo discrimina más a las mujeres en las ocupaciones que requieren un mayor nivel de formación, que tienen mayores dificultades para promocionar.
Y su lucha por eliminar las paredes y los techos de cristal en el mercado laboral continúa en alza. Siguen existiendo ocupaciones feminizadas que están asociadas a peores condiciones y salarios -principalmente en los sectores de cuidado (educación, sanidad, servicios sociales), servicio doméstico, comercio minorista, servicios de mercado (jurídicos, administrativos) o financieros- y masculinizadas -construcción, industria, transporte, telecomunicaciones, informática y venta y reparación de vehículos-, donde la presencia de la mujer es mínima. Aunque ellas son mayoritarias en los sectores de la cultura, la comunicación o la ciencia, continúan siendo minoría en los puestos directivos (38,1%).
Y en cuanto a las pensiones, según los datos publicados por la Agencia Tributaria sobre Pensionistas, percepciones de pensiones y pensiones medias por sexo del año 2016 y recogidos en el informe de CCOO, la pensión media de la mujer en Madrid es el 67% de la pensión media de un hombre (13.444 euros frente a 20.010) y las diferencias son aún mayores en aquellos con pensiones inferiores al Salario Mínimo Interprofesional (9.172,80).
Discriminadas e invisibles también en la prevención de riesgos laborales, desde CCOO urgen a actuar y avanzar en el conocimiento de la relación salud-trabajo en las mujeres, pues existe el prejuicio extendido de que el trabajo realizado por la mujer es ligero y sin riesgos. Pese a que el indice de incidencia de accidentes de trabajo es mayor en las mujeres que en los hombres y las enfermedades profesionales afectan fundamentalmente a ellas, estos riesgos ni se investigan ni se previenen.
Además, las trabajadoras están expuestas a factores psicosociales -exigencias de esconder emociones, exigencias cognitivas, emocionales y posibilidades de desarrollo-. y corren riesgos específicos ligados a género: acoso sexual, doble presencia y otras situaciones de discriminación como menor salario con trabajos de igual valor, menor acceso a la formación y a la promoción y menor participación en la toma de decisiones.
Especial énfasis pone CCOO en su informe a las mujeres víctimas de violencia de género, a las que los contratos precarios con salarios muy bajos no permiten independizarse económicamente de su maltratador. El sindicato urge a los Gobiernos a tomar medidas efectivas, pues de las 162.000 denuncias presentadas en la Comunidad de Madrid por este caso en 14 años, sólo se han realizado 1.017 contratos bonificados a este tipo de víctimas.
Un diagnóstico que, a juicio de CCOO, determina la necesidad de una movilización general por las mejoras de las condiciones laborales y justifica la huelga convocada este 8 de marzo por los los movimientos feministas. Desde el sindicato, junto a UGT han convocado ese día un paro de dos horas por turno para denunciar y visibilizar la discriminación y las brechas existentes en el mercado laboral bajo el lema 'Vivas, libres y unidas por la igualdad'.
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