San Fernando de Henares presente en las jornadas ·El reto de la nueva ciudadanía" que se presentan en Murcia.
Mayor nivel de vida
-económico y educativo-, más dispersión familiar, elevada exigencia de
servicios de calidad así como en la oferta formativa y de ocio, junto con
mejores expectativas de vida. Es el nuevo perfil de los mayores del siglo XXI,
muy alejado de la imagen del jubilado ocioso que, hasta hace unos años asistía
al centro social -entonces llamados clubes de la tercera edad- a jugar al
dominó o a las cartas (ellos) o a talleres de bordado y pintura (ellas). Ahora
ni siquiera se conforman con aprender inglés y familiarizarse con los
ordenadores para navegar por internet. Quieren algo diferente y los centros
sociales municipales -hay 76 en el municipio, a los que asisten 35.000 mayores-
tienen que potenciarse y reciclarse para estar a la altura de las circunstancias.
Con estas premisas, la Concejalía de Derechos Sociales, que dirige Conchita
Ruiz Caballero, ha organizado unas jornadas que con el título de 'El reto de la
nueva ciudadanía: Ser mayor en el siglo XXI' está dirigido a las juntas
directivas de los 76 centros sociales del municipio, con el objetivo de
potenciar el envejecimiento activo y mejorar la calidad de vida de sus socios.
Las jornadas, que continuarán hoy en el Paraninfo de la Universidad,
contaron ayer con la participación de varios expertos, entre ellos Eduard Verge
Bericat, educador social, pedagogo y especialista en gerontología social. Habló
del «edadismo», palabra que no está recogida todavía en el Diccionario de la
Real Academia, pero a la que se refieren los expertos para definir la
discriminación social de la persona por el hecho de ser mayor.
Conchita
Ruiz: «Ha habido muchos cambios y tenemos que adaptar nuestros servicios»
Verge: «Buscan respuesta a sus necesidades de formación y de relaciones
sociales»
El primer reto al que tienen que enfrentarse los mayores del siglo XXI «es
a tener la capacidad de captar los cambios sociales que van aconteciendo y
contar con los medios para actualizarse y encontrar respuesta a sus nuevas
necesidades de formación y de relaciones sociales», indica Eduard Verge.
Y es que los mayores del siglo XXI son, según los expertos, muy diferentes
a los de hace cinco o seis décadas porque hace cincuenta años tenían
ocupaciones relacionadas con el campo o la industria. «A medida que vamos
avanzando el sistema de trabajo está más tecnificado, la persona físicamente
está más conservada, no se ha desgastado tanto y hace que llegue a partir de
los 65 con un mejor estado físico».
En cuanto al retraso de la edad de la jubilación que plantea el Gobierno,
la acogida entre los afectados dependerá del caso. «Habrá personas que
aceptarán este cambio porque aun se ven muy capacitadas para dar lo mejor de sí
pero otras necesitan o piden descansar. Depende de la persona y de la
profesión».
También existe el caso contrario, cuando prejubilan con 56 o 57 años, y
casi se les crea un trauma. «De momento lo ven como una luna de miel. Ah
fantástico, me libero del trabajo, tengo mis ingresos... pero una vez pasado un
tiempo, la persona siente que tiene necesidad de encontrar otros proyectos y
necesita encontrar un lugar para realizar actividades satisfactorias y
encontrar nuevas relaciones».
Todavía hay gente reacia a hacerse socio de un centro de mayores porque no
quiere pasar por un taller de teatro ni de manualidades. Y es que, en muchas
ocasiones, no hay correspondencia entre lo que los mayores quieren hacer y la
oferta de los centros sociales de toda la vida. De ahí la necesidad de que se
replanteen cuáles son las nuevas necesidades de los nuevos jubilados y
actualizar su oferta y su manera de comprender el periodo de jubilación y el
perfil de persona mayor porque está cambiado y están emergiendo personas más
formadas, con poder adquisitivo mayor, con un estado físico más activo y,
además, con ganas de hacer actividades nuevas.
La concejal de Derechos Sociales, Conchita Ruiz, corrobora que «ha habido
muchos cambios en los últimos años a nivel general en colectivo de los mayores
y necesitamos adaptar los servicios y actividades de los centros a las
necesidades de estas personas».
En la jornada de ayer intervinieron Cristina Martínez Cabrera y Begoña Díez
Orcajo, educadoras sociales de la Concejalía de Derechos Sociales que hablaron
de la programación anual de las actividades, tanto a día de hoy como de las expectativas
de cara al futuro.
Las jornadas continúan hoy
Esta mañana están previstas dos mesas redondas. La primera, a las 9.30,
versará sobre «Cambios sociales, participación y nuevos retos en la gestión de
los centros sociales de mayores» y estará coordinada por Luis Miñano, educador
social de la concejalía. A las 11.30 horas ponentes de otros ayuntamientos
contarán sus experiencias en otras ciudades españolas. Participarán, entre
otros, María Jesús Calvo de Mora, responsable del Programa de Envejecimiento
Activo y Participación de San Fernando de Henares (Madrid).
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