Publicado en El Pais
Cuando
Francisco Javier Santamaría, un vecino de San Fernando de Henares de 27 años,
entró en el quirófano del hospital Puerta de Hierro (Majadahonda), sabía
que se ponía en las manos del único equipo multidisciplinar de toda España que
trata la arteria aorta. Este vaso sanguíneo es el más importante del cuerpo
humano. Tiene un diámetro de unos tres centímetros, el doble de la tubería que
suministra el agua de las viviendas.
Este paciente empezó a sentirse mal en su trabajo de camarero en un
restaurante de San Fernando. Sentía dolores de atrás hacia adelante en la parte
media de la columna. Primero le recetaron calmantes y anestésicos sin que los
médicos supieran exactamente qué es lo que tenía. Cuando le vieron en cardiología,
se percataron de que tenía un aneurisma (dilatación) en la aorta. Se puso en
manos del jefe del servicio de Cirugía Cardiaca del
Puerta de Hierro, Alberto Forteza.
La unidad de la aorta la forman también especialistas de cirugía vascular,anestesiólogos, cardiólogos, radiólogos y
enfermeras. “La unidad surge porque cada vez hay más prevalencia de las enfermedades
de este vaso. Como toca muchas especialidades a la vez, en cada centro se
interviene de una manera distinta”, reconoce el jefe de servicio. La aorta
arranca del corazón y se prolonga por el cuerpo hasta las venas iliacas, en la
parte media del cuerpo humano.
“Lo que se intenta es que el paciente pueda recibir las últimas técnicas y
los mejores avances en esta materia”, añade el adjunto del departamento de
Cirugía Vascular, José Gil Sales. Las patologías que puede padecer la arteria
son de extraordinaria gravedad. Pueden ir desde lesiones que dejen de
suministrar la sangre a otros órganos del cuerpo humano hasta romperse y causar
una muerte súbita del paciente.
Una de las enfermedades más graves es el llamado síndrome de Marfan, que es
hereditario y es una de las más comunes entre la población. Se da mucho en
jugadores de baloncesto con un fenotipo muy característico: personas altas, con
miembros muy largos y que pueden sufrir problemas oculares como desprendimiento
de retina. Lo sufrieron personajes famosos como el presidente de los Estados
Unidos Abraham Lincoln y el músico Niccolo Paganini, entre otros. Eso sí,
ninguno de ellos murió por esta enfermedad. El primero de un disparo. El
segundo, de sífilis y tuberculosis.
Esa fue la enfermedad que sufrió Santamaría. Durante un tiempo se le
intentó controlar con medicación, pero poco a poco se vio que era insuficiente
y que al estar tan dilatada la arteria se podía romper en cualquier momento,
con el riesgo de morir en el acto. “No entré al quirófano nervioso. Estaba muy
tranquilo, porque sabía que era o eso o poder morir en cualquier momento
porque, si se rompía la arteria, lo más probable es que no tuviera tiempo de
llegar al hospital”, reconoce.
La intervención duró unas ocho horas y consistió en extirparle la arteria
dañada y sustituirla por una prótesis vascular artificial, que hace las mismas
funciones. “Lo importante de esta unidad es que están todos los especialistas
trabajando a la vez y se sigue un mismo protocolo tras analizar el caso”,
analiza el doctor Forteza.
La vida del vecino de San Fernando de Henares ha cambiado radicalmente.
Antes no podía hacer ningún esfuerzo. También tuvo que dejar el deporte, en
especial el fútbol, y ni levantar ningún objeto pesado. Al principio, le dieron
una minusvalía por la que cobraba unos 1.200 euros, pero ahora se la han bajado
y recibe unos 500 al mes. “Todavía no puedo hacer muchas cosas porque no tengo
fuerza en los brazos, pero en cuanto me recupere de nuevo empezaré con la
bicicleta y a correr, que es lo que hacía antes”, reconoce este paciente. “Como
no puedo hacer mucho ejercicio físico ni estar mucho tiempo de pie, voy a
cambiar de profesión. Estoy estudiando electrónica y robótica”, explicó.
Una simple ecografía
Una recomendación de los doctores, entre los que también está el cirujano
vascular José Porto, es que los pacientes de más de 71 años se hagan un estudio
de la arteria, en especial una ecografía, porque es cuando se da mayor
probabilidad de sufrir algún problema grave. “La gente hoy en día vive más,
también fuma más y existen pruebas diagnósticas para poder evitar cualquier
problema grave”, añade el doctor Gil Sales.
Santamaría no ha recibido todavía el alta. El próximo 8 de octubre tendrá
que pasar por quirófano para una revisión y comprobar que el implante funciona
con total seguridad. “Estoy tranquilo. Ya sé que he pasado lo peor y que estoy
en las mejores manos”, concluye el paciente.
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