Las empresas no tendrán que afrontar el pago si las compras se trasladan a un punto de recogida, el cambio de hábito que se persigue
Una furgoneta de reparto Amazon, el operador postal que más
tendrá que pagar por la nueva tasa
El Ayuntamiento de Barcelona impondrá a partir de finales de
febrero o principios de marzo una tasa a las empresas que llevan a domicilio
productos comprados por internet que supone un 1,25% de su actividad y que solo
afectará a los operadores postales que facturen más de un millón de euros
anuales.
Aunque nacerá ahora, hace años que se debate, bajo la
denominación de tasa Amazon, desde que ERC la acordó en 2019 con el gobierno de
Barcelona en Comú y el PSC como condición para acordar los presupuestos de 2020. La concreción llega tres años y medio después
de que se iniciara el proceso, que ha sido complejo, por la falta de
precedentes. Porque dice el consistorio y dicen los expertos que le han
asistido que es una tasa pionera en España y Europa. La tasa se aprobará
inicialmente en diciembre, definitivamente en febrero, y si no hay imprevistos
se aplicará a partir de marzo.
La ciudad cobrará un 1,25% de tasa, lo que aportará como
máximo 2,6 millones al consistorio, que insiste en que no quiere recaudar, sino
reducir
2,6 millones de
recaudación máxima
En total, el consistorio cobrará un máximo anual de 2,6
millones de euros por ese reparto a domicilio, una cifra a la que se ha llegado
tras un cálculo vinculado a la ocupación del espacio público y la facturación
de las empresas. Supone una tasa del 1,25% de la actividad de los operadores
postales, que son los que tendrán que pagar, aunque solo si facturan más de un
millón de euros anuales.
Si el fenómeno se reduce, si el número de furgonetas que se
detienen en medio de una calle mientras el repartidor corre a entregar un
paquete y vuelve al vehículo se reduce, la recaudación sería inferior, pero
también una buena noticia, dice el ayuntamiento, porque se entendería que ha
habido un cambio de hábitos, que es lo que se persigue. Por ello, el transporte
de paquetes a puntos de recogida no se verá afectado por la tasa. Otro objetivo
es evitar que el comercio electrónico compita con ventajas con el tradicional.
26 empresas
Los operadores postales que tienen que pagar la tasa, como
se ha dicho ya, los que superen el millón de euros de facturación, son 26 en la
capital catalana, de los que el principal es Amazon, con mucha diferencia.
Otros conocidos son DHL o UPS, entre otros. Entre los cinco con más volumen de
negocio suman el 62% de la facturación
total.
La tasa ha sido presentada por representantes de tres
grupos. Por parte de los socios de gobierno, los socialistas Jaume Collboni y
Montserrat Ballarín, primer teniente de alcalde y concejala de Hacienda, y el concejal
de Presupuestos, Jordi Martí, de Barcelona en Comú. Por parte del partido que
parió la propuesta, el concejal de ERC Jordi Castellana. Todos han celebrado
haber alcanzado el acuerdo. La suma de concejales de los tres grupos, 28 de los
41 que hay en el plenario, garantizan que la tasa será aprobada por el
plenario.
Otro reto era poner un precio a la utilización del espacio
público, en los términos empleados en los estudios previos, el valor económico
del dominio público oficial. Se calculó a partir del coste de uso de una plaza
de zona azul o verde de aparcamiento y un tiempo de ocupación, el 5% del total
posible, y se alcanzó una cifra: el coste del aprovechamiento del dominio
público por la presencia de esos transportes a domicilio de paquetes comprados
online es de 2,590.725 euros anuales.
Barcelona crea una
comisión técnica para implementar la tasa Amazon
Se calculó la facturación de los 26 operadores postales
afectados en unos 200 millones de euros al año. Y finalmente se propuso una
tarifa lineal a partir de divide el valor económico del aprovechamiento, esos
2,6 millones, por la facturación de 200 millones, lo que supone 1,27% de tasa,
que se redondea a 1,25%.
Comprar desde el sofá
Todo este embrollo técnico persigue el cambio de hábitos
antes citado: que se prime la recogida de paquetes en puntos precisos en lugar
de pedirlos en casa. Que se compre menos desde el sofá. Que sea menos frecuente
la imagen de la de la furgoneta estacionada mientras el conductor baja un
paquete y regresa corriendo al volante.
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