A pesar de llevar tres meses de pandemia, nos encontramos con errores en el lenguaje y en los conceptos a la hora de reconocer la terminología que lleva aparejada la pandemia. Muchos de estos errores somos los propios medios de comunicación quienes los utilizamos
Primero vamos a explicar la diferencia entre brote, epidemia y pandemia.
BROTE
Un brote epidémico es una clasificación usada en la epidemiología para denominar la aparición repentina de una enfermedad debida a una infección en un lugar específico y en un momento determinado.
El ejemplo más claro de esta situación es cuando se produce una intoxicación alimentaria provocando que aparezcan casos durante dos o tres días. Otro ejemplo son los brotes de meningitis o sarampión que pueden llegar a extenderse dos o tres meses.
EPIDEMIA
Por su parte, se cataloga como epidemia cuando una enfermedad se propaga activamente debido a que el brote se descontrola y se mantiene en el tiemp. De esta forma, aumenta el número de casos en una área geográfica concreta.
PANDEMIA
Para que se declare el estado de pandemia se tienen que cumplir dos criterios: que el brote epidemico afecte a más de un continente y que los casos de cada país ya no sean importados sino provocados por trasmisión comunitaria.
“Mientras los casos eran importados y el foco epidémico estaba localizado en China la situación era calificada de epidemia pero en el momento en que salta a otros países y empieza a haber contagios comunitarios en más de un continente se convierte en pandemia
Luego estamos en una pandemia.
FAMILIA CORONAVIRUS
Aclaremos ahora el concepto coronavirus, que utilizamos genéricamente para hablar del que nos afecta el SARS CoV-2
La historia de los coronavirus como agentes patógenos en humanos se remonta a mediados de los años 60 cuando se aislaron por primera vez a partir de muestras obtenidas del tracto respiratorio de adultos con síntomas de resfriado común. Estos virus, que pertenecen a la Subfamilia Orthoviridae dentro de la Familia Coronaviridae del Orden Nidovirales, deben su nombre al hecho de tener una forma esférica de la que sobresalen unas espículas que les dan la apariencia de una corona (por semejanza a la corona solar).
Existen 7 tipos de coronavirus que afectan al hombre.
En la actualidad se conocen siete tipos de coronavirus que infectan humanos, cuatro de ellos (HCoV-229E, HCoV-OC43, HCoV-NL63 y HCoV-HKU1) son muy comunes y algunos de ellos están presentes en el resfriado común junto a otros agentes patógenos como los rinovirus, por lo que se estima que una proporción muy alta de la población ha desarrollado defensas frente a ellos estando mayoritariamente inmunizados. Además de estos cuatro coronavirus, han aparecido de forma más reciente otros tres.
SARS-CoV
El primero de ellos en aparecer fue virus SARS-CoV (síndrome respiratorio agudo severo), que generó un brote en el sur de China en noviembre del 2002 e infectó a más de 8.400 personas en 26 países de Asia, Europa y América, en los que hubo algo más de 800 muertos, lo que supuso una letalidad del 9,6 %. La pandemia que supuso el SARS-CoV fue contenida en poco más de 6 meses, dándose por controlada en el verano de 2003 y desde el año 2004 no se han reportado nuevos casos de la enfermedad.
MERS-CoV
Más recientemente, en 2012, apareció el virus MERS-CoV (síndrome respiratorio del Oriente Medio). Desde el punto de vista genético es un primo lejano de SARS-CoV con el que comparte aproximadamente el 80% de su genoma, que se extendió a 27 países de Asia, Europa, África y Norte América infectando a menos de 2.500 personas pero de las que murieron más de 850, lo supone una tasa de letalidad del 34,5 %.
SARS-CoV-2
En diciembre de 2019 se reportó la aparición del más reciente de los coronavirus que infectan humanos, el SARS-CoV-2, en Wuhan, China. A 22 de marzo, con más de 300.000 casos confirmados de la enfermedad Covid-19 en 167 países y más de 13.000 muertos, se ha convertido en una pandemia sin precedentes.
Los números nos indican que SARS-CoV-2 es extraordinariamente eficaz en la transmisión entre humanos probablemente debido a su tiempo de incubación (14 días), lo que le proporciona una gran transmisibilidad presintomática. Pero al mismo tiempo presenta una tasa de letalidad mucho menor que la de SARS-CoV y MERS-CoV, que se estima del 2-4%, y una tasa de mutación baja de acuerdo con los datos acumulados en los ya más de 850 genomas secuenciados, lo que son sin duda son dos buenas noticias.
Por tanto, cuando hablemos de coronavirus (familia de virus) debemos de distinguirlo del SARS-CoV-2 que es el que nos está infectando actualmente. Debemos hablar de SARS CoV 2.
Otro concepto erróneo que utilizamos es la palabra covid, ese término no existe, lo que existe es la enfermedad covid-19 que es la que genera el SARS CoV 2, por tanto, al tratarse de la enfermedad no debemos confundirla con el virus. El virus es masculino SARS CoV 2 y la enfermedad es femenino covid-19.
Importante aclarar que SARS es el acrónimo de Síndrome Respiratorio Agudo grave (en inglés).
El MERS es el acrónimo de Síndrome Respiratorio de Oriente Medio.
Uno de los errores en los que caemos es en el género. Covid-19 siempre debe usarse en femenino y por supuesto la d no significa diciembre.
PRUEBAS
Vamos a aclarar también los tests o pruebas que se realizan para tener más información de la enfermedad.
Existen dos tipos de pruebas:
TEST RAPIDOS
PCR
Test rápidos para detectar la enfermedad hay dos tipos:
Por otro lado están las pruebas PCR.
PCR en realidad es una técnica que se utiliza desde los años sesenta para conocer muchas enfermedades.
Test PCR. Se toman mediante una muestra respiratoria. Detectan el ARN (ácido ribonucleico) del virus, es decir, un fragmento del material genético de un patógeno o microorganismo. Su grado de sensibilidad es alto (son los más fiables) y el diagnóstico se puede saber en varias horas. La parte negativa es que su manejo es complejo y laborioso y requiere de personal médico para su resolución.
En realidad, la prueba para detectar la covid-19 es algo más compleja se denomina PR-PCR que es la reacción en cadena de la polimerasa con transcriptasa inversa, esto lo hemos explicado en otras entradas.
Esta prueba no por ser más compleja necesita extracción de sangre, insistimos que se consigue mediante prueba respiratoria, frotis nasolaringeo, se extrae con un hisopo, que es parecido a un bastoncillo pero más largo y fino.
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