Hoy se aprueban los primeros presupuestos municipales del actual equipo de gobierno PSOE-Cs, después del anuncio de tenerlos el 15 de enero con un calendario muy elaborado y posteriormente publicar una nueva fecha el 27 de marzo, con el reconocimiento del concejal de Hacienda en un pleno "pequé de pardillo" al anunciar esas fechas.
Si se hubiesen aprobado en cualquiera de esas fechas, de poco servirían porque con la actual situación pandémica que vivimos que obliga a tomar decisiones día a día, su cumplimiento sería harto imposible.
No dudamos que el presupuesto sea una herramienta que bien pensado ayude a conocer los ingresos y gastos en un ejercicio, esto para una empresa es importante, porque ayuda a diseñar un proyecto a futuro y a tomar las decisiones financieras más acertadas.
El presupuesto en un ayuntamiento, tenemos dudas de tal validez, primero porque no hay un seguimiento concreto de su cumplimiento, ni siquiera la oposición tiene los medios, ni capacidad para un control exhaustivo de los mismos y las modificaciones de crédito, incluso con cambios de partidas presupuestarias, están a la orden del día.
Tampoco hay responsabilidades cuando hay desviaciones significativas, ni una aprobación de cuentas que compare lo presupuestado con lo cumplimentado, pero no por ello, deben suprimirse, ni siquiera cuestionar su validez como fórmula de funcionamiento del Ayuntamiento, en este caso.
Lo que sí es motivo de reflexión, y surgió de una pregunta de un miembro del Consejo Consultivo de entidades, es lo siguiente, si estamos en un estado de alarma que no se conoce cuándo va a finalizar, ni siquiera sus consecuencias económicas, familiares y sociales, en definitiva, en un futuro cargado de incertidumbre ¿De qué sirve aprobar unos gastos e inversiones que no se sabe si se podrán ejecutar?
Ayer el propio alcalde afirmó que muchas inversiones comprometidas con las asociaciones del municipio y que habían sido propuestas por los propios vecinos, no se podrán realizar este año.
Serán los presupuestos más sociales de la historia, se ha afirmado, pero sin negar ese aforismo, pensamos que todos los Ayuntamientos de este país que aprueben sus presupuestos este año tendrán tal virtud, por lo que dar importancia a esta aseveración en las actuales circunstancias puede significar para algunos, una falta de humildad. Serán unos presupuestos de crisis, unos presupuestos de pandemia, unos presupuestos excepcionales que nos permitirán dar un paso atrás en el desarrollo normal de la evolución y progreso de nuestro municipio.
Y para que nadie piense que estamos en contra de los presupuestos municipales 2020, diremos que no los hemos podido analizar para realizar una valoración exhaustiva de los mismos, pero es bueno tener aprobados unos presupuestos que conduzcan a nuestras arcas municipales, tan denostadas por el caso Plaza de España, por el buen camino.

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