Su marido sí fue aceptado 48 horas antes del “cambio de criterio”
Una familia ha denunciado públicamente que el Hospital del Sureste, situado en Arganda del Rey, denegó el ingreso y hasta un respirador a una anciana procedente de una residencia de Rivas-Vaciamadrid por su edad y grado de dependencia.
Se trata del caso de Emilia, de 86 años, y de su esposo Juan, de 82. Ambos vivían en la residencia Geriatel de Rivas Vaciamadrid, un centro que el 4 de abril fue intervenido por la Comunidad de Madrid por el alto número de fallecidos. La familia de la fallecida no tiene quejas del trato de este geriátrico, pero sí del hospital que le corresponde, el del Sureste.
Según ha explicado a Europa Press la hija de ambos, su padre enfermó con síntomas del virus el 19 de marzo. Una ambulancia le trasladó al hospital del Henares y una vez allí le realizaron todas las pruebas oportunas durante seis horas, acabando ingresado. Dos días después comenzó a manifestar síntomas Emilia. Pero entonces, según la denunciante, el hospital ya no aceptaba traslados desde la residencia.
"Entonces me fui para allí y la llevé en mi coche al hospital. Cuando llegué allí me dijeron que mi madre no tenía derecho a un respirador porque era mayor de 70 años y por sus patologías. Solo le hicieron una radiografía de tórax y no le pusieron ni una vía. Le dieron una gafas con oxígeno y la mandaron a un box. A mí me echaron a las dos horas; el hospital era un caos", ha relatado.
El día 24 un responsable del hospital llamó a la familia para comunicarle su intención de dar el alta a Emilia y Juan a pesar de que la residencia les había comunicado que no aceptaban de vuelta a enfermos de coronavirus. Entonces, su hija comenzó a llamar a muchas puertas hasta llegar al alcalde de Rivas, Pedro del Cura, que consiguió que sus padres continuaran en el hospital una semana más.
Ambos fueron dados de alta el 30 de marzo, "a pesar de que no estaban del todo bien y sin ponerse en contacto con la familia". Fueron enviados directamente a Geriatrel de Rivas, que ya tenía adecuada la residencia para contagiados de coronavirus. Tres días después, a Emilia le volvió la fiebre, por lo que intentaron trasladarla de nuevo sin éxito al hospital del Sureste.
Por ello, comenzaron a darle morfina y la mujer falleció la madrugada del 3 de abril. "Yo ya no podía llevarla de nuevo en mi coche al hospital porque dependía constantemente de una bombona de oxígeno y podía morirse en el camino", lamenta su hija. La anciana fue incinerada en la madrugada del 14 de abril en el tanatorio de San Fernando de Henares.
Juan, en cambio, logró doblegar a la enfermedad aunque el hecho de ver morir a su mujer y no poderse despedirse de ella le afectó psicológicamente y amenazó con quitarse la vida. Por ello, la familia decidió trasladarle a su casa, donde se ha recuperado totalmente de la enfermedad. "Mi padre no podía pasar el duelo todo el día entre cuatro paredes sin poder salir", ha explicado su hija.
Sus familiares no tuvieron en ningún momento miedo de contraer la enfermedad por tenerle en su casa. "Me daba igual. Ya había perdido a mi madre y no quería perderle también a él. Se ha recuperado y a finales de abril dio negativo de coronavirus", asegura la denunciante, que se va a poner en contacto con la Plataforma de Afectados por la Pandemia para que llegue a los tribunales este y otros casos similares de denegación de hospitalización de usuarios de residencias en el pico de la pandemia.
Esta plataforma ya ha presentado una demanda judicial contra el Hospital Infanta Cristina de Parla por los supuestos delitos de homicidio imprudente y de omisión del deber de socorro, tras hacerse público un documento del 25 de marzo, en el que se daban órdenes rechazar a ancianos con síntomas de coronavirus, y que aparecen plasmadas en el informe de alta de Urgencias de una paciente, cuyo ingreso fue rechazado.
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