Llevaban un año tras ellos. La Policía Nacional ha detenido en Madrid a cuatro miembros de una banda que presuntamente perpetró 40 robos en bares y salones de juegos de la región, para lo que utilizaban coches robados y extintores que arrojaban contra los agentes en persecuciones, en las que llegaron a conducir a 225 kilómetros por hora.
A los arrestados se les imputan delitos de robo con fuerza, pertenencia a grupo criminal, sustracción de vehículo, contra la seguridad vial y atentado a la autoridad, ha informado este lunes la Jefatura Superior de Policía.
La investigación comenzó en julio de 2018 a partir de un robo con fuerza en un local de apuestas en el que se empleó un vehículo de alta gama previamente sustraído.
Este mismo coche fue utilizado en otros tres robos con fuerza en varios distritos de Madrid, según pudieron comprobar los agentes.
Meses después, cuando el grupo intentaba llevar a cabo otro robo con fuerza en una casa de apuestas, fue sorprendido por la Policía y huyó.
En la persecución, los presuntos ladrones embistieron en varias ocasiones a vehículos policiales. Uno de los sospechosos salió del coche para continuar la huida a pie, pero fue interceptado y detenido.
Ya en mayo pasado los investigadores constataron que la misma banda estaba cometiendo asaltos a bares y a salas de apuestas durante la noche, por lo que intensificaron la vigilancia para identificar a sus integrantes.
Durante mayo y junio el grupo estuvo especialmente activo y, de hecho, llegó a cometer cinco asaltos en una misma noche, alguno de ellos por el procedimiento del alunizaje.
En varias ocasiones, los detenidos robaron extintores de estaciones de servicio en las que repostaban encapuchados para, en caso de ser perseguidos por la Policía, activarlos y crear una especie de cortina de humo con la espuma que evitara su detención.
Incluso, en algún caso llegaron a arrojar los extintores a los coches policiales, lo que provocó que uno de ellos volcara.
En las persecuciones conducían temerariamente y a gran velocidad, y el pasado 22 de agosto llegaron a rebasar los 225 kilómetros por hora, han precisado a Efe fuentes de la investigación.
Tras diversas vigilancias y seguimientos, los agentes pudieron confirmar la participación de todos los arrestados en los hechos delictivos, pero su localización llevó tiempo porque se reunían en dos bloques de viviendas donde sus familiares les prestaban labores de contravigilancia y les ocultaban.
Se trata de cuatro jóvenes residentes en la Cañada Real de Madrid y en Alcorcón, de entre 19 y 27 años y todos ellos con antecedentes policiales: uno de ellos tres, otro trece y otros dos catorce.
El más joven cuenta con catorce detenciones previas y es primo de el conocido delincuente Rafael García Fernández, alias el Rafita, según las fuentes.
La investigación ha sido llevada a cavo por la Brigada Provincial de Policía Judicial y la Comisaría de distrito de Hortaleza, que imputan a la banda un total de 40 acciones delictivas al grupo criminal, veinte de ellas durante mayo.
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