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Los
centros cuentan con comedores de invitados donde las familias pueden disfrutar
de una comida, cena o merienda con su residente.
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Además, las
residencias ORPEA son centros abiertos, sin horarios de visita, lo que facilita
que se mantengan los vínculos familiares
Con motivo del Día Internacional de la
Familia, que se celebra mañana 15 de mayo, Grupo ORPEA quiere recordar que las
relaciones familiares tienen gran importancia para el bienestar de las personas
mayores y proporcionan un apoyo indispensable para afrontar y adaptarse a
nuevas situaciones que pueden producirse durante esta etapa de la vida.
Al entrar en una residencia, esta relación que
se tiene con los hijos y nietos debe continuar reforzándose para que los
mayores mantengan su rol dentro de su núcleo familiar y se sientan queridos.
Así lo expresa la directora Sanitaria de ORPEA, Victoria Pérez: “Sabemos que la
salud física y psicológica de la persona mejora cuando los lazos afectivos
familiares son fuertes. Por tanto, para proporcionar una atención integral al
mayor, debemos tener en consideración esta dimensión social y, en concreto,
familiar”.
Para ORPEA, las familias juegan un papel
fundamental en la calidad de vida de los residentes, por eso se les hace
partícipes de la atención desde el primer momento. Además, los equipos
multidisciplinares ofrecen información y asesoramiento a los familiares para
mantener una relación más cercana y afectuosa con sus progenitores.
Precisamente
para reforzar estos vínculos, en todas las residencias ORPEA el mayor puede
recibir visitas en cualquier momento del día. “Esta flexibilidad horaria
favorece el incremento de visitas, lo que repercute de manera favorable en la mejora
del estado emocional, tanto de los residentes como de los familiares”, asegura
la doctora Pérez. “Además, es un ejemplo de transparencia de cómo se trabaja en
nuestros centros”.
Aunque los residentes pueden salir a comer con
sus familias o pasar unos días con ellos, lo que fomenta el contacto con sus
seres queridos, la mayoría prefieren quedarse en el centro, sobre todo si no
tienen buena movilidad o funcionalidad.
Para dar cabida a este requerimiento, los
centros ORPEA también abren sus puertas a familiares y amigos de los residentes
que quieran disfrutar de una comida, merienda o cena en ambiente más íntimo y
acogedor. Se trata de los comedores de invitados, unos espacios diseñados a tal
fin dentro del propio centro, y que dan acogida a las familias que lo
soliciten. “Estos comedores ofrecen un espacio reservado para que las familias
se sientan como en casa y puedan compartir una comida especial con su padre,
madre, hermano, etc.”, indica la doctora Pérez.
“Las
horas de las comidas son grandes momentos de encuentro, es importante que las
familias compartan este tipo de reuniones dentro o fuera de la residencia,
especialmente en personas con deterioro cognitivo, les ayuda en el proceso de
socialización y fortalece los lazos familiares a través del reencuentro como si
de una terapia de reminiscencias se tratase”, reconoce la directora Sanitaria
de ORPEA.
Los familiares y amigos que acuden al comedor
de invitados degustan las mismas opciones de menú del día que comen los
residentes, siempre variado y equilibrado. Si bien pueden optar con un menú
especial con platos más elaborados.
En cuanto a la logística, tan sólo es
necesario un preaviso de 42 o 72 horas para que el jefe de cocina pueda poder
disponer de la materia prima necesaria.
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