18 de enero de 1776
Muere Maria de la Concepción Bourke segunda mujer de Teodoro Ventura de Argumosa
Hijo de Teodoro Ventura de Argumosa y de la Gándara y de María de la Concepción Bourke y MacSweeny —casados en Madrid, el 11 de enero de 1759—, Wenceslao Argumosa nació a las seis y media de la mañana del 27 de septiembre de 1761 y fue bautizado en la iglesia parroquial de San Esteban al día siguiente. Su padre (1711-1774), originario del Obispado y Montañas de Santander y caballero de la Orden de Santiago de 1747, en el momento de nacer Wenceslao era intendente de la provincia de Guadalajara y corregidor de su capital, además de superintendente general de sus rentas reales y de millones, desde 1757; diez años antes había sido distinguido con el hábito de la Orden de Santiago.
Su madre, originaria de la villa oscense de Monzón —donde fue bautizada el 2 de junio de 1739—, era la única descendiente que sobrevivía en España de un linaje irlandés acogido en tiempos de Felipe II, al que, además de ser condes de Clarincard, le fue concedido el título de marqueses de Mayo. Teodoro Ventura de Argumosa había casado en primeras nupcias con María Nicolasa de Ripperda (o Riperdá), hija de Juan Guillermo de Ripperda y Diest —VIII barón, y, desde 1726, I duque de Ripperda, fugaz secretario de Estado y del Despacho de Felipe V—; de este primer matrimonio nació una única hija, hermanastra de Wenceslao de Argumosa y Bourke, llamada María Erlinda Juana de Argumosa.
Del matrimonio de Ventura de Argumosa con María Bourke —ya en segundas nupcias—, nacieron cinco hijos: el primogénito, Teodoro; Wenceslao, el segundogénito; Fermín, que seguiría la carrera militar, en la Armada; una hija, María; y Remigio, el menor.
La infancia de Wenceslao de Argumosa y Bourke transcurrió en su ciudad natal, donde primero aprendió francés, desde los cinco años de edad, con su madre, María Bourke, y, después, con los jesuitas, para pasar a tener, con posterioridad a 1767, un preceptor italiano, César Branchi. En 1772, con once años, comenzó a estudiar Filosofía en la Universidad de Alcalá de Henares, bajo la dirección del rector del Colegio de los Agonizantes. Al morir su padre, en 1774, Carlos III, en atención a sus servicios, otorgó una pensión anual de 200 ducados a cada huérfano, con excepción del hermano mayor, Teodoro, que ya era paje de la Casa del Rey. Decidió su madre, entonces, trasladar la residencia de la familia a Alcalá, en cuya Universidad recibió Wenceslao, ese mismo año de 1774, el grado académico de maestro en Artes, habiendo precedido los ejercicios acostumbrados, que fueron aprobados por el claustro, nemine discrepante.
Pero, el 18 de enero 1776, falleció también su madre, quedando desamparados, él y sus hermanos huérfanos. Por fortuna, Francisco Antonio de Lorenzana Butrón, arzobispo de Toledo (1772-1800), que estimaba mucho a su difunto padre, le hizo trasladarse de Guadalajara y Alcalá a Madrid, que eran todos lugares pertenecientes a su archidiócesis, como paje suyo, para que concluyese sus cursos de Filosofía en los Reales Estudios de San Isidro. Tal protección explica que el joven Wenceslao emprendiese sus estudios de Jurisprudencia en la Universidad de Toledo, a la que incorporó el grado de bachiller en Filosofía el 15 de julio de 1776, bajo el aprendizaje de un notable abogado toledano, Bonifacio de la Torre Gorvea.
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