La rehabilitación
logopédica obtiene buenos resultados en los casos de disfagia orofaríngea
·
Más del 80 % de las
personas con disfagia no están diagnosticadas ni reciben un tratamiento
adecuado
·
Una correcta intervención
de los trastornos de deglución precisa que el logopeda actúe en las fases de
prevención, detección, valoración y rehabilitación del paciente
La
disfagia es un síntoma de la alteración de la deglución o la capacidad para
tragar alimentos sólidos o líquidos, ocasionando que esta deglución se realice
sin eficacia y seguridad. Según el área de la deglución afectada, existen dos
tipos de disfagia: orofaríngea y esofágica. En la disfagia orofaríngea el problema
está en la región oral y de la faringe, provocando dificultad para el inicio de
la deglución y al impulsar el bolo alimenticio desde la boca al esófago. Este
tipo de disfagia merma la calidad de vida de la persona que la sufre y causa
problemas de desnutrición y deshidratación. Asimismo, puede dar lugar a
atragantamientos y neumonías aspiratorias, pero según explica la vocal del
Colegio Profesional de Logopedas de la Comunidad de Madrid (CPLCM) y logopeda
en el Hospital 12 de Octubre, Marga Durán, “todos estos síntomas y
consecuencias pueden mejorarse y evitarse con un programa de rehabilitación
logopédica adecuado a las circunstancias y necesidades de cada paciente”.
No obstante, el primer paso es diagnosticarlo de
manera correcta, otro caballo de batalla cuando de disfagia se trata. Y es que
los expertos aseguran que más del 80 % de los pacientes con disfagia no están
diagnosticados ni tienen el tratamiento apropiado.
Esta alteración en la deglución es muy frecuente en
las personas mayores, sobre todo si tienen fragilidad y deterioro cognitivo y
en pacientes con enfermedades neurodegenerativas (párkinson, esclerosis lateral
amiotrófica (ELA), esclerosis múltiple…), así como en pacientes con
enfermedades neurológicas no progresivas (ictus o traumatismos
cráneo-encefálicos), y en casos de enfermedades oncológicas (tumores de cabeza
y cuello, secuelas radioterapia…) No obstante, puede ocurrir a todos las
edades. De hecho, también existen disfagias infantiles en fase oral
principalmente.
Para una correcta intervención de los trastornos de
deglución es preciso que el logopeda actúe en las fases de prevención,
detección, valoración y rehabilitación del paciente. De ahí, que el CPLCM
considere necesario que los logopedas formen parte de los equipos
multidisciplinares que atienden a los pacientes con disfagia.
No obstante, en la actualidad, la presencia de estos
profesionales brilla por su ausencia. De hecho, de los 35 hospitales de la Comunidad
de Madrid, 11 carecen de atención logopeda. Y en otros se contratan logopedas
autónomos, a tiempo parcial.
Por otra parte, desde el CPLCM insisten en que las unidades
de disfagia son un recurso que debe potenciarse para dar la mejor atención
posible al ciudadano, para detectar el mayor número de casos y para evitar
complicaciones graves, propias de esta alteración, como la desnutrición,
deshidratación, neumonía aspirativa e infecciones respiratorias. En este
sentido, Marga Durán afirma que sería necesario la creación de unidades de
disfagia en todos los centros hospitalarios, ya que además de ser muy
beneficiosos para los pacientes y sus familiares serían un ahorro para el
sistema público de salud.
Beneficios de la rehabilitación
El objetivo principal de la rehabilitación en los
casos de disfagia es conseguir que la deglución sea eficaz y segura. Para ello,
además de aprender un control postural adecuado y la maniobra deglutoria
apropiada, los pacientes trabajan los músculos implicados en la deglución (labios,
lengua, paladar, faringe…) mediante ejercicios que incrementan la fuerza,
resistencia, sensibilidad y la funcionalidad.
Con el programa de rehabilitación se consigue una
hidratación y nutrición adecuadas, y por tanto una mejor salud de los pacientes.
Además se evitan atragantamientos, ahogos e infecciones respiratorias. Todo
ello, revierte en una mayor calidad de
vida de los pacientes y una tranquilidad para los familiares que los cuidan.
Además, según explica la vocal del CPLCM, la
implicación del paciente y de la familia es fundamental para obtener los
mejores resultados. Para ello, deben seguir las pautas y ejercicios
establecidos por el logopeda, y ante cualquier duda, consultar a este
especialista para que les asesore y les oriente.
Entre las recomendaciones que deben tener en cuenta
profesionales y familiares para una alimentación correcta y segura de las
personas con disfagia, Margarita Durán indica las siguientes:
·
Procurar que el ambiente sea relajado, sin
distracciones y sin prisa.
·
Sentarse en frente del paciente para ayudarle a
comer.
·
Si puede permanecer sentado, colocarlo con la
espalda correctamente alineada y apoyada sobre el respaldo de la silla, y la
cabeza alineada con el tronco, para poder hacer la maniobra.
·
No hablar mientras se come. Al ser posible,
restringir las visitas en la hora de la comida.
·
Facilitar que coman solos, por sus propios medios.
Para ello es aconsejable que haya una adaptación de cubiertos, vasos, platos,
etc. No usar pajitas ni jeringuillas.
·
Mientras comen, deben estar acompañados.
·
No dar de comer ni de beber si el paciente está
adormilado o agitado.
·
No introducir alimento hasta que no se haya vaciado
la boca.
·
No mezclar texturas de alimentos.
·
No ayudarse de agua para tragar.
·
Después de comer, permanecer sentado al menos 30
minutos para evitar posibles aspiraciones.
·
Si existiera algún atragantamiento, aconsejar al
paciente que tosa, nunca dar golpes en la espalda.
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