La consejera de Políticas Sociales y Familia, Dolores Moreno, ha visitado la Residencia Norte, un centro público maternal con 94 plazas residenciales, que ofrece alojamiento temporal, manutención y una atención individualizada a mujeres embarazadas o madres con hijos a su cargo en situación de riesgo o exclusión social.
El centro dispone de una escuela infantil para orientar a las madres sobre los cuidados y la atención que requiere su hijo con el objetivo de que se pueda criar en las mejores condiciones posibles.
La Comunidad de Madrid cuenta con dos centros maternales, que disponen de 117 plazas para proporcionar una atención integral a las usuarias, con especial atención a los aspectos educativos y la inserción sociolaboral.
En lo que va de 2018, un total de 84 mujeres -un 30 por ciento de ellas menores de edad- y niños han pasado por la Residencia Norte.
Las adultas vienen derivadas de los servicios sociales de zona y las menores del Área de Protección del Menor, ha precisado la directora en funciones de la Residencia Norte, Charo Savio.
El perfil de las usuarias, de hasta 30 años, es muy variado, ya que algunas proceden de centros de protección, otras provienen de familias desestructuradas, otras son víctimas de violencia de género, otras son migrantes desarraigadas que no son bien acogidas por sus familias o por su entorno, otras son discapacitadas y otras son víctimas de trata.
Cuando llegan, se hace un diagnóstico de la situación en la que se encuentran y analizar cuáles son sus necesidades para elaborar un proyecto de intervención, que es "el recorrido que harán a lo largo de su estancia en el centro", ha indicado la directora.
En primer lugar, pasan por un piso de acogida donde viven un proceso de adaptación, luego pasan a un piso de consolidación donde se desarrolla un proyecto educativo y finalmente a un piso de autonomía o independencia en función del cumplimiento de sus objetivos y sus deseos.
"Nuestro objetivo último es lograr su inserción sociolaboral y que sea ciudadanas de pleno derecho capaces de tomar sus propias decisiones", ha subrayado Savio.
Una de las usuarias del centro, de 21 años, ha señalado que su estancia en este recurso le aporta "tranquilidad", puesto que recibe ayuda con los pañales para su bebé, las medicinas y la comida, lo que le permite ahorrar dinero para tener un hogar con su hijo.
"Hubo un momento en que me encontré sola, embarazada y sin saber qué hacer. Fui a la trabajadora social de Ciudad Lineal. Estaba en riesgo de exclusión social y a la semana tuve la entrevista y me acogieron muy rápido", ha apuntado.
Llegó al centro en octubre del año pasado, cuando estaba embarazada de seis meses, y, por el momento, tiene trabajos temporales, aunque no pierde la esperanza de encontrar algo duradero.
La consejera ha explicado que el tiempo de permanencia en el centro se adapta a las circunstancias particulares de cada caso concreto, aunque, en principio, los programas de intervención tienen una duración de dos años.
Moreno ha resaltado la alegría y la ilusión con la que las usuarias, en estado de gestación o con niños muy pequeños, se enfrentan a su situación, y "gracias a este centro y servicios como los que ofrece la Comunidad de Madrid pueden salir adelante".
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