No nos gusta que nuestra ciudad se vista de vallas amarillas o vallas metálicas, y menos que duren en el tiempo.
La fachada del ayuntamiento con motivo de desprendimientos de piedras de los elementos decorativos arquitectónicos se ve rodeada de un halo amarillo, protección y seguridad que lleva dos meses puesto y permanentemente hay que estar colocando, sea porque el viento las derriba o algún gracioso.
La plaza Fábrica de paños tiene tres espacios que reconocen el patrimonio histórico, uno de ellos destrozado por incívicos que rompieron los paneles de metacrilato o cristal y el deterioro del suelo de madera hace que el libre acceso esté interrumpido por vallas amarillas y llevan tanto tiempo puestas que no sabríamos precisar.
La fuente histórica de la plaza Fábrica de paños lleva protegida con vallas desde su inicio y menos mal porque el incivismo nos la muestra con botellas de plástico, papeles, latas de aluminio y su falta de mantenimiento la presentan más que como algo para admirar, como punto de rechazo a la vista.
El olmo centenario (en lenguaje castellano sería olma) del parque Antonio Machado, aunque esté en el término de Coslada, lleva meses rodeado de vallas amarillas y sirve no sólo para evitar el acceso del público sino que los jardineros se olvidan de cuidar las plantas, permitiendo que se sequen y es que el problema de escasez de jardinero no es sólo de San Fernando de Henares.
Nos gusta caminar por el paseo central de la plaza de España, sentir la protección de los pinos de gran porte, agradecidos por su sombrajo y sentarnos en sus bancos, libres de latas de cerveza y alfombras de cáscaras de pipas, sintiendo el placer de la brisa que nos mantiene unos cuantos grados menos que al calor del granito de la plaza.
Echamos de menos que los diseñadores de la plaza que eliminaron tantos árboles para hacer aparcamientos subterráneos no hubiesen tenido en cuenta las tardes de canícula y hubiesen creado un pasillo de protección del sol para atravesar la plaza desde la fuente de agua no potable hasta la esquina donde se ubican las oficinas de la policía local. Por citar un ejemplo, en Zamora hemos visto estructuras que dan sombra al ciudadano e integran el estilo clásico con el moderno. Chulisimas.
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