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El riesgo de inundación del Metro duplica el coste del acceso al túnel que conectará Gran Vía y Sol

La Comunidad autoriza un gasto extra de 3.496.000 euros ante el peligro de que se aneguen las líneas 1 y 5 y de que las obras afecten a los edificios


El coste del acceso del Metro de Gran Vía al túnel peatonal subterráneo que lo conectará con la estación de Cercanías de Sol se va a duplicar por el riesgo de que las obras de construcción afecten a los edificios de la zona y de que se inunden las líneas 1 y 5 del suburbano. Así lo alerta un informe elaborado a instancias de la empresa encargada de los trabajos -Sando-, y lo ratifica otro encargado a su vez por la Comunidad de Madrid, según confirman a este periódico en la Consejería de Transportes, Vivienda e Infraestructuras.
Para prevenir los problemas detectados, este mismo lunes va a entrar en vigor la aprobación por el «procedimiento de emergencia» de un gasto extra de 3.496.000 euros, que se sumarán a los 3.759.000 euros por los que fue adjudicado el contrato. Este incremento presupuestario servirá para cambiar el tipo de maquinaria pesada que se iba a utilizar en un principio, lo que, tal y como argumenta un portavoz del Gobierno regional, permitirá compatibilizar la ralentización en el ritmo de las actuaciones por el «control permanente» prescrito por la Dirección General de Patrimonio con la seguridad de las mismas.
El origen de este cambio en el plan y en el coste de las obras se remonta al pasado mes de agosto, cuando los operarios que trabajan en el nuevo acceso del Metro de Gran Vía localizaron la estructura del ascensor original que diseñó eL arquitecto Antonio Palacios para esta parada hace prácticamente un siglo. Desde entonces, los técnicos de la Consejería de Cultura están analizando los informes redactados por los arqueólogos para «evaluar la existencia de restos y su estado» para determinar «el modo de intervenir» en los mismos y si éste afecta a o no a los trabajos, cuyo plazo de finalización previsto inicialmente para el primer semestre del año que viene ya se ha sustituido por un «a lo largo de 2019».
Ante esta tesitura, Sando encargó al ingeniero de Caminos Francisco Castanedo, profesor del Área Geodinámica de la Universidad Complutense de Madrid, que estudiara las condiciones de seguridad de las obras «si no se realiza ninguna actuación de consolidación del terreno» y «teniendo en cuenta la proximidad al inicio de un otoño y un invierno que se predicen muy lluviosos». Las conclusiones que alertan del «peligro» existente están plasmadas en un documento con fecha del pasado 23 de septiembre que, posteriormente, fue remitido a la Consejería de Transportes.

Los "peligros" detectados

En él se advierte que con la aparición de «nuevas cavidades» durante los trabajos realizados para horadar el suelo en la intersección de Gran Vía con la calle Montera «se ha modificado totalmente el sistema de evacuación de la precipitación que caiga sobre el área excavada, con riesgo de almacenamiento del agua en forma permanente y/o canalización por antiguos colectores».
Debido a esta circunstancia, el citado informe técnico advierte que hay un «riesgo muy grave» de «inundación y acceso de agua a la Línea 1 y la Línea 5 del Metro» a su paso por la zona, de «afección a edificaciones» colindantes y de «colapso de las cavidades existentes» en el acceso al túnel de conexión con Sol que se está construyendo. Asimismo, califica como de «riesgo grave» el deterioro del «patrimonio sujeto a preservación».
«Son desconocidas, aunque previsiblemente insatisfactorias, las condiciones actuales de trabajo estructural de las paredes del pozo, no pudiendo descartarse su colapso si se elimina su relleno interior», añade en su escrito el ingeniero de Caminos al que la empresa adjudicataria de las obras ha encargado la realización del análisis de la situación. «Por tanto, no es mantenible a medio plazo, con condiciones de seguridad suficiente, el solar en la situación actual de excavación», apostilla.

La solución a los problemas

A preguntas de este periódico, en la Consejería de Transportes, Vivienda e Infraestructuras reconocen que Sando les ha remitido tal informe, que, según explican, propone una «solución constructiva alternativa que multiplica el precio de la obra» para evitar los riesgos señalados. Por ello, han encargado su propio estudio a otro ingeniero de Caminos y catedrático de Mecánica del Suelo y Cimentaciones en la Universidad Politécnica de Madrid, José María Rodríguez Ortiz, que «confirma» que los mencionados problemas de seguridad podrían producirse si no se adoptan medidas para prevenirlos.
Así, traducido de la explicación técnica a lenguaje apto para profanos en la materia, lo que se ha autorizado ahora es la sustitución del uso maquinaria de perforación grande y pesada con pilotes -columnas verticales que se utilizan para la realización de este tipo de obras- por un sistema de micropilotes. Dichos elementos circulares son más pequeños, por lo que su impacto en el terreno es menor, pero también notablemente más caros.
En este punto, tal y como argumenta un portavoz del Ejecutivo autonómico, se planteaban dos escenarios: sacar otra vez a concurso el proyecto, lo que hubiera supuesto paralizar los trabajos durante un plazo de entre seis y nueve meses hasta la nueva adjudicación, o modificar el pliego de condiciones en vigor por razón de urgencia, «un procedimiento prácticamente inmediato». «El riesgo no era inminente, pero el cambio está justificado porque hay que cumplir con las directrices de la Dirección General de Patrimonio», justifica esta misma fuente oficial.

Un pasillo de 85 metros

El pasillo subterráneo ya existente entre Gran Vía y Sol tiene una longitud de 85 metros y, una vez que este operativo, se calcula que circularán por él unos 23.000 usuarios del transporte público al día. La financiación de la construcción de sus accesos y acondicionamiento la realizan el Ministerio de Fomento, de quien depende el Cercanías, y la Comunidad de Madrid, que tiene la competencia del Metro.
El Gobierno regional sacó a licitación su parte de los trabajos por 6.289.000 euros, aunque los acabó adjudicando por 3.759.000 euros a Sando, que presentó la oferta más ventajosa con un 40% de rebaja. Finalmente el coste de la factura se incrementará en otros 3.496.000 euros, a los que hay que sumar los alrededor de 12 millones de euros que se calcula que costará la reforma de la estación del suburbano que se está realizando en paralelo y con la que se instalarán cuatro ascensores, seis nuevas escaleras mecánicas y otros elementos para mejorar la accesibilidad.
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